Los últimos movimientos laborales que se han producido en el país muestran algunas facetas que hasta hace poco eran ignoradas y, por tanto, no se tomaban en cuenta para establecer condiciones comparativas de la fuerza que tienen los verdaderos movimientos sociales, los que encabezan los trabajadores asalariados y no los que actúan al compás de instrucciones más políticas que reivindicativas.
La Central Obrera Boliviana (COB), con sus años de lucha y sus experiencias en un sinnúmero de confrontaciones generalmente con gobiernos y de manera más reducida con patrones o empresarios, ha podido observar en los últimos movimientos que existe una disminución de la base proletaria en el organismo sindical lo que reduce su fuerza de movilización y presión para enfrentar las contingencias propias de las marchas, bloqueos y las huelgas, que en todo caso están más restringidas que hace años, cuando cualquier movimiento del organismo laboral paralizaba efectivamente la actividad nacional y por tanto sus problemas eran atendidos con premura para evitar perjuicios.
Actualmente la fuerza de la COB está siempre en el sector minero asalariado, en este caso proviene de Huanuni, aunque sea una empresa estatal, empero otro sector minero importante como de los cooperativistas está al margen de las presiones y más bien proclive a las determinaciones oficiales.
Los planteamientos del sector laboral asalariado y sindicalizado aún no han sido atendidos en la dimensión de su proyección realista y comparativamente estructurados en base al costo de una canasta familiar siempre en ascenso y que es parte de una espiral inflacionaria que en los últimos días ha empezado a moverse, distorsionando los presupuestos familiares inclusive de los pocos sectores donde ya se incrementó el 8 por ciento a los salarios.
En cierto modo, las actitudes que asuman los dirigentes de la COB y sus filiales departamentales pueden desvanecerse debido a que, prácticamente, ya se admitió el aumento salarial dispuesto por el Gobierno y en muchos sectores como en el empresariado privado se cumple con la norma, aunque la misma no satisfaga plenamente las expectativas salariales que sobrepasaban los ocho mil bolivianos mensuales para poder vivir con dignidad.
Lo único que ahora queda es que se cumplan negociaciones directas entre trabajadores y patronos, midiendo en cada caso las posibilidades empresariales de los diversos sectores en función de costos de producción y comercialización de productos si se trata del sector privado, en tanto que en los casos por ejemplo de maestros o los médicos todo dependerá del Estado empleador y de la situación reinante tras prolongadas jornadas, como de los médicos que pasaron de los cincuenta días en protesta y sólo consiguieron uno de sus objetivos, quizás el principal, pero sin mejoras de orden salarial.
Frente a la cruda realidad que se aprecia en lo que corresponde al movimiento de las clases laborales parece que en la COB se adoptarán posiciones muy radicales para replantear la estrategia de lucha de los trabajadores en general que están esperando un cambio benéfico a sus intereses, pero que todavía no llega como espera la comunidad.
Fuente: LA PATRIA
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