La rentabilidad de la quinua en Bolivia es cada vez menor

La quinua, llamada el grano de oro, por sus excelentes propiedades nutritivas, pasó de ser cultivada en unos 20 países a unos 100, provocando una disminución en el volumen de la demanda y una baja en el precio de venta, causando una crisis en el sector quinuero.

Asimismo, los suelos del altiplano se fueron erosionando a ritmo acelerado, lo que provocó que el rendimiento de los cultivos de quinua también baje, lo que afecta a la rentabilidad en la comercialización de este producto.

Lo que antaño se consideraba un producto orgánico por la forma de su cultivo, amigable con el medio ambiente y de la Madre Tierra, se convirtió en un producto de alta demanda en el mercado por lo que se dejaron atrás las prácticas ancestrales de respeto a la naturaleza y se comenzó a Cultivar con tractores y maquinaria agrícola, que agotaron los suelos.

La producción, entre 2020 y 2021, disminuyó a la mitad, al pasar de 70.170 a 38.800 toneladas (IBCE, 2022). En el mes de junio de 2022, las ventas externas del grano de oro disminuyeron su valor en un 16,8% y su volumen en 10,2%, comparado con el mismo período de 2021.

Por otra parte, antes, la tonelada de quinua se cotizaba hasta en 8.000 dólares, pero ahora su precio está en alrededor de Bs. 2000. El problema para Bolivia es que sus costos de producción son más elevados que el resto de los países productores, a España le cuesta 0,70 euros producir 1 kg de quinua, a Perú $us 1; sin embargo, a Bolivia le cuesta 15 bolivianos, es decir más de $us 2.

Hace tan sólo cinco años, la producción de quinua de Bolivia, Perú y Ecuador representaba más del 90% de la producción mundial, pero hoy en día la cifra ha caído hasta el 40%, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior, IBCE.

Se cree que, si sigue así esa tendencia, en unos cinco años las ventas en los mercados mundiales pueden desaparecer, debido a que cada vez se siembra más en otros países. Además, los expertos en esta área señalan que este año se paga $us 700 por tonelada de quinua en Europa, situación que podría provocar que deje de ser rentable cultivarla en el altiplano andino.

Otro problema es que, en los años de auge del grano de oro, se presentó una serie de cambios en los ecosistemas andinos, ya que, para cultivar la quinua, se desplazó a la ganadería camélida, pero más allá de eso, ha habido transformaciones por efecto de cambio climático y el calentamiento global del planeta.

Con este panorama para los productores de quinua, aún con la posibilidad de atender al mercado local, desde el Gobierno se deben crear políticas de apoyo a los quinueros, para que puedan sobrevivir ya que el mercado internacional al parecer ya está muy saturado.