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Lunes 13 de marzo de 2023

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Editorial y opiniones

Sentido Común

13 mar 2023

Las autoridades deben actuar con sentido común, para solucionar estos problemas cotidianos, que, sin duda alguna, cuando lo hagan, ocasionarán tener en el rostro de los ciudadanos, una sonrisa por superar un conflicto que no amerita mucho estudio

En la ciudad de Oruro se puede apreciar día que pasa, el caos vehicular, desorden en la dirección del tráfico, falta de educación vial tanto de peatones como de conductores, mal ??endémico? que da a lugar a pensar muchas situaciones, sin embargo, a todo lo descrito, se aumenta un nuevo mal, que no es reciente, pero trae muchos problemas, como son las paradas de minibuses establecidas, muy cerca del Mercado ??Simón Bolívar?, principalmente.

La calle Bolívar es un lugar de bastante actividad comercial, no solo de los comerciantes formales, sino también de los informales, quienes copan la calle prácticamente de acera a acera, desde la Velasco Galvarro hasta la Tarapacá.

Y, por si fuera poco, a este panorama, se incrementan los peatones y también los vehículos, incluido el transporte público de pasajeros. El solo tener comerciantes y peatones en la mencionada ruta, ocasiona muchos problemas y si se le suma el tema del transporte, el conflicto vial es mayúsculo.

No exageramos, pero vemos con mucha preocupación esta situación que a la fecha no tiene la atención de las autoridades policiales como municipales, encargadas ambas por velar por la seguridad vial de la ciudad de Oruro.

Por ejemplo, en la calle Bolívar casi Tejerina, de un tiempo a esta parte, una línea de minibuses decidió establecer su punto de parada en esa esquina, sin embargo, no solo está parado un vehículo de esa línea, sino varios de ellos, pasando incluso la media cuadra, hacia la avenida Brasil.

El solo hecho de que estén parqueados en ese lugar, ocasiona que se aumente mayor inseguridad en la calle, porque se reduce el campo de acción de los peatones, que deben estar muy atentos en su tránsito, para no chocar con nadie o evitar que algún vehículo ocasione accidentes, ya que la calle se vuelve más estrecha.

Tanto, la Dirección Departamental de Tránsito como la Unidad de Tráfico y Vialidad del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO), son las entidades específicas para poner orden, sin embargo, brillan por su ausencia ya que el lugar, no se ve, ni siquiera, un agente de parada.

Ya en una oportunidad, ocurrió un accidente en la dirección descrita, justamente por la falta de espacio. En su momento, las autoridades indicaron que pondrían una solución al tema, pero, a la fecha no hay un reordenamiento serio y menos efectivo.

Hay gente adulta mayor, que debe transitar por esas calles, con toda la cautela posible para evitar caerse o sufrir algún accidente.

Ahora bien, el otro problema, al margen de que esos minibuses estén estacionados en esa calle, es la postura intransigente de algunos dirigentes del autotransporte, que carece de empatía, para colaborar en el reordenamiento, ya que solo piensan en su sector, en desmedro de la sociedad.

Es más, no hay sentido común de todos los sectores involucrados porque no existen acciones concretas para ayudar a la ciudadanía, en ese pequeño sitio.

Lo que debería hacerse en el lugar, es trasladar la parada de los choferes de esa línea a otra calle, muy próximo al mismo mercado Bolívar, para que los transportistas no pierdan clientela y se libere ese espacio como en otrora y se den todas las garantías de seguridad vial a los ciudadanos.

Es tiempo de trabajar, de manera urgente en este tema, porque se podrá solucionar un cuello de botella, casi en el mismo centro de la ciudad. Los peatones, tendrían mayor espacio para caminar; los comerciantes ya no estarían ??aprisionados? para vender sus productos y habría, incluso, mayor campo visual de las personas.

Las autoridades deben actuar con sentido común, para solucionar estos problemas cotidianos, que, sin duda alguna, cuando lo hagan, ocasionarán tener en el rostro de los ciudadanos, una sonrisa por superar un conflicto que no amerita mucho estudio.

El consenso, el diálogo, el análisis, la empatía serán importantes a la hora de obrar, pero no solo pensando en la ciudad, sino en el ciudadano más vulnerable, como son nuestros ancianos y nuestros niños.

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