La otra cara del Carnaval

Ya estamos a un paso de que se realice la gran entrada del Sábado de Peregrinación del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, todos los preparativos, ya los conocemos de sobra, los trajes, la música, la coreografía, inclusive la fe, pero lo que no se visibiliza mucho es la otra cara de esta fiesta.

También se tiene que ver que todos los productos a consumirse deben estar en buen estado y es por eso que estos días se intensifican las operaciones de Defensa al Consumidor, quienes revisan que todo esté en orden para la venta en estos días.

Además que se venden cosas poco usuales, que no se expenden en otras épocas, por ejemplo la venta de graderías, espuma, la de cerveza sube considerablemente, aunque en menor proporción pero también se vende capas para la lluvia, chisguetes, ponchillos

de nylon, y otros.

También se debe verificar que las graderías estén bien construidas porque resulta peligroso que se suelte un perno, muchos accidentes ocurrieron por tener graderías mal construidas.

Lo único se puede considerar malo es que todo el trabajo de preparación, de días con las calles céntricas y plazas cerradas, para concretar ese trabajo, queda opacado porque al pasar la Anata Andina por la misma ruta del Carnaval y ahí se dañan un poco las obras de arte adornan las calles.

La pregunta es si vale la pena tanto esfuerzo y presupuesto para que no dure nada, para que con el uso, las lluvias y demás en unos cuantos días todo desaparezca, todo por cuanto se trabajó tanto sólo será un recuerdo a través de las fotografías.

La pregunta de si vale la pena contratar a los pintores, artistas plásticos y demás, para decoración, mientras hay calles que se están hundiendo, sobre todo en la zona de las calles Santa Bárbara, Tacna, y otras circundantes, que necesitan de una buena inversión de dinero para que puedan ser arregladas y dejen de ser un peligro para los conductores.

Sería bueno que después del Carnaval se haga una rendición pública de cuentas, para saber si la fiesta generó alguna ganancia para el municipio, y se pueda usar ese dinero en mejoras a la ciudad, menos lo que es rehacer aceras porque para eso ya existe un presupuesto.

Todas las actividades que se realizan con el cobro de cierto monto, como entradas, metros lineales, etc., deberían servir para contribuir a la mejora de la ciudad a la que le hace falta mucho trabajo, sobre todo en cuanto a las partes urgentes, como el asfaltado de calles en las zonas periféricas y otras, que el Carnaval no sea sólo una oportunidad para que el municipio gaste recursos y no tenga retorno.