En total indefensión

Así es como quedan muchas víctimas de violencia, la cual se normaliza cada vez más, ya que ante la impotencia por la abulia que demuestran las autoridades llamadas por ley para protegerlas, muchas veces prefieren quedarse calladas y no denunciar nada, puesto que quedan a merced de su perpetrador, quien actúa con más saña al verse delatado.

Es cierto que también existen mujeres abusivas y varones que son víctimas y llegan a la muerte porque nadie atiende su caso o no les creen que ellos son los abusados, pero no sé debe perder de vista que la mayoría de las víctimas son féminas, no obstante, en ambos casos, la víctima puede llegar hasta la muerte por la inacción de quienes deben proteger a ellos o a ellas.

De manera reciente, una mujer menonita se armó de valor y recurrió a su padre para que le ayude a denunciar un caso de violencia intrafamiliar, en que fue abusada por su esposo y su cuñado, dejándola embarazada, las autoridades menonitas la amenazaron en primera instancia, y luego expulsaron a su familia de la colonia.

Existen muchos casos en que las víctimas tienen que recurrir a estrategias evasivas u otras para salvarse del acoso, de la violencia en que viven, y sobre todo para salvar sus vidas, porque no la Ley 348, Para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia no garantiza nada, porque no se aplica.

Los números de casos de feminicidios no bajan, o se mantienen o suben, porque las denuncias se desestiman por �??falta de pruebas�?� o por �??pruebas insuficientes�?�, pese a que las víctimas las presentan, y aún habiendo los indicios suficientes para detener a los agresores, las autoridades llamadas por ley no lo hacen.

Lo peor es que se obliga a las víctimas a volver con sus agresores, o liberan a los perpetradores, dejando a las víctimas en total indefensión, y recalcamos que no sólo se trata de las mujeres, que son la población más vulnerable ante ese tipo de delito, también existen víctimas que son varones o que son niños.

Cuando se hace caso omiso, se revictimiza a las personas y se les obliga a vivir prácticamente con el enemigo, muchas veces esos casos de violencia intrafamiliar, se convierten en casos de feminicidio y aunque los familiares clamen por justicia, no podrán traer a la vida, de nuevo, a las víctimas fallecidas.

Otro gran problema de cuando se pierde una vida es que se deja a muchos niños en la orfandad, y muchos de ellos tenderán a repetir los patrones aprendidos de sus padres, por lo que el ciclo de la violencia es interminable y hasta parece que se hereda.