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El alzamiento de mestizos y criollos que abrió el camino de la libertad
10 feb 2023
Los héroes de ese día fueron traicionados por los indígenas y castigados por los españoles hasta su muerte
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Por: Dehymar Antezana
Periodista LA PATRIA
Páginas de historia se escriben mil, pero ninguna como aquella que abrió el sendero de la libertad en la América morena. Fue la fuerza de los Urus, que permitió en sentido romántico, hacer temblar a la corona española, cuya codicia manifiesta en la sangre, saqueó no solo los recursos naturales que se tenían, sino también el pensamiento americano, para luego encarcelar el alma hasta acribillarla, solo por pedir libertad.
El 10 de Febrero de 1781, no solo fue un episodio más de un intento de alzamiento contra los europeos, como otros capítulos de la región, sino que tuvo un sentir muy profundo para constituir desde las entrañas de la tierra misma, una Patria bendita, forjar el destino de la emancipación que con el paso de los años se consolidó en una nueva República, hoy llamada Bolivia.
Criollos y mestizos fueron los protagonistas de aquel avatar, quienes guiados por esa fuerza innata de los habitantes de esta región, sometieron sin reparo al vil español y clamaron libertad en su propia tierra.
MANIFIESTO
Nunca nos cansaremos de mencionar, pero debía haber una semilla en el corazón de los emancipados, hecho que ocurrió casi medio siglo antes, cuando Juan Belez de Córdova, preparó un documento que sería la base de la lucha: ??El Manifiesto de Agravios? de 1739. Declaraba la existencia de un malestar y descontento, era una respuesta a un estado de tiranía ejercida por la cruel España. Era la denuncia a la explotación que sufrían criollos, mestizos y por supuesto los naturales.
Esta semilla debía germinar casi en el acto, pero una traición terminó con el autor en la horca en su intento de sublevación.
??El Manifiesto de Agravios? trascendió fronteras, pero el documento donde nació, quedó grabado en el corazón de quienes se rebelarían contra el yugo español.
10 DE FEBRERO
El 10 de Febrero de 1781, tuvo su origen el 1 de enero de ese año, cuando se convocó a elecciones para los cabildantes. Hubo dos frentes, uno español, liderado por el corregidor Ramón de Urrutia y Las Casas; el otro, de los criollos, a cargo de Jacinto Rodríguez y sus hermanos.
En esos días se anunciaba la llegada de Túpac Amaru a Oruro, por lo que los criollos y mestizos envalentonados decidieron hacer frente a sus opresores.
En las elecciones perdieron los criollos, pero el descontento en la villa era general, por lo que las voces de alzamiento eran cada vez más fuertes. Paria, Challapata, Caracollo, Condo, entre otras regiones evocaban la supuesta rebelión de la cual era protagonista Túpac Amaru desde el Perú. Los españoles anoticiados se movilizaron con sus milicias y asumieron mayor protección de la villa.
Ese mismo mes, ocurriría un hecho inesperado, la muerte de Tomás Katari en el Norte de Potosí, tuvo repercusión en Oruro. El 26 de enero, hubo un cabildo para tomar determinaciones de emergencia, se reclutaron a mestizos, criollos e inclusive esclavos, así también a connotados personajes de Oruro, como el capitán Clemente Menacho, quien en una de las compañías tenía como aliados a su cuñado Antonio Quirós y José Azurduy, y como sargentos a Sebastián Pagador y Felipe Miranda.
Asimismo, había temor de los indios, por los rumores de tomar la villa, por ello, se puso vigilancia desde la serranía del Conchupata.
Liderados por el teniente coronel Jacinto Rodríguez, acompañaban los abogados Nicolás Caro, Gualberto Mejía, Diego Flores, Casimiro Delgado, Manuel y Juan de Dios Herrera, se formó el ??comité revolucionario?.
El 8 de febrero, la Villa amaneció con la noticia de que Urrutia, había ordenado la muerte de los hermanos Rodríguez, de la misma manera que los españoles degollarían a los milicianos sospechosos de desafección a la Corona. En rechazo, en la Villa circulaban pasquines antiespañoles y pre amaristas.
Urrutia intentó entrevistarse con Jacinto, para explicar el malentendido, pero no fue hallado en su casa, el temor principal de los españoles era la invasión de los indios. La Villa estaba integrada por unas 5.000 personas, hubo un bajón poblacional debido a la caída en la explotación de la plata. Menos de 100 eran españoles, pero tenían el poder político.
La noche del 9 de febrero corrió el rumor de que los españoles ajusticiarían a los líderes de criollos y mestizos, ya que los que eran parte de las milicias, fueron desarmados por los propios españoles, pero los mantenían en acuartelamiento.
Había tensión en la villa, las mujeres jugaron un rol importante, porque proporcionaron armas blancas a los acuartelados. Fue una de las hijas de Sebastián Pagador, Lita, quien llevó a su padre, un arma blanca, estaba muy acongojada por él, porque lo veían como traidor de la Corona.
A poco de gestarse el levantamiento hubo un hecho que quedará grabado por siempre y fue su proclama de libertad:
??Amigos, paisanos y compañeros: Estad ciertos que se intenta más aleve traición contra nosotros por los chapetones, esta noticia acaba de comunicárseme por mi hija. En ninguna ocasión podemos dar mejores evidentes pruebas de nuestro amor por la Patria, sino en ésta. No estimemos en nada nuestras vidas, sacrifiquémoslas, gustosos en defensa de la libertad, convirtiendo toda la humanidad y rendimiento, que hemos tenido con los españoles europeos, en ira y furor y acabemos de una vez con esta maldita raza?.
Ya el 10 de Febrero, hubo una lucha encarnizada entre los revolucionarios contra los europeos, el centro de la batalla fue la casa del español Endeiza, hoy Plaza Castro y Padilla.
Los españoles en principio hicieron disparos al aire, aunque después ya había como 30 criollos muertos; mientras que los aliados atacaron con lanzas y piedras que eran proveídas por las mujeres que traían el material desde los desmontes del Pie de Gallo.
Ante el río de sangre que ya había, se decidió quemar la casa de Endeiza, asimismo, se utilizó ají para atentar contra la vida de los chapetones, quienes en su intento de escapar por los tejados fueron muertos a pedradas. La pelea se alargó hasta la madrugada del 11 de febrero.
Desde la Iglesia La Merced, los curas salieron en procesión para aplacar las movilizaciones, pero volvieron inmediatamente a su reducto, porque la pelea era voraz, los criollos lograron entrar a lo que quedaba de la casa de Endeiza donde había solo 11 españoles y tres esclavos, quienes fueron abatidos sin piedad.
Como ya no había gobierno, se pidió a Jacinto Rodríguez asumir el poder como nuevo corregidor.
Ese mismo día, los indios llegaron a la villa, con el paso de las horas saquearon todo lo que pudieron y desmembraron el cuerpo de Sebastián Pagador, quien intentó defender las Cajas Reales.
TRAICI?N
El 16 de febrero con la llegada de Juan de Dios Rodríguez con caciques de Poopó permitió expulsar a los indios de la Villa, y fue cuando los criollos y mestizos comenzaron a tomar venganza de lo sucedido, rompiendo la alianza que los mismos nativos traicionaron.
Ya en marzo, los nativos se reorganizaron y decidieron bloquear cualquier paso de alimento a la Villa con el fin de asfixiarlos con el hambre, sin embargo, los criollos se organizaron, pidieron absolver de castigo a los 18 españoles que salvaron su vida, de los cuales 15 apoyaron a los criollos y atacaron a los indios de San Pedro, logrando romper el cerco, luego lo hicieron con los nativos de Sora Sora, Poopó y Antequera, quebrados por la muerte de sus paisanos se retiraron a sus comunidades.
Solo quedaban los de Paria y Sillota, bloqueaban en el sector Norte, que se retirarían a la llegada de tropas realistas, quienes volvieron a tomar el poder de la Villa el 1 de noviembre de 1782, cuando Urrutia es designado por la Audiencia de Charcas como corregidor de Oruro.
Urrutia esperó el momento de la venganza, situación que llegó en marzo de 1783, cuando con ayuda de Sebastián de Segurola y de su ejército, capturó a los cabecillas del 10 de Febrero de 1781, a quienes se les despojó de todas sus riquezas y propiedades, fueron encarcelados, ahorcados y otros condenados a la cárcel de Buenos Aires, posteriormente conocida como la cárcel de Oruro, donde los protomártires murieron en medio del olvido y la pobreza condenados por la corona española.
BIBLIOGRAFÍA
Oruro en su Historia, Ángel Torres Sejas 1994
Panorama del Acontecer Heroico en Oruro, Alfonso Gamarra Durana 1998
Sucesos de la Guerra de la Independencia del Año 1810, Marcos Beltrán Ávila 1969
De la Conspiración de Manifiesto de Agravios, Javier Cárdenas Medina 2010
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