Escuela Guido Villagómez Anexo apunta a la educación integral y holística

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La Unidad Educativa Especial �??Guido Villagómez�?� Anexo, es una institución que trabaja de manera permanente y específica con personas con discapacidad auditiva y múltiple psicomotora asociada a la auditiva, explicó la directora del establecimiento Raquel Gutiérrez Suarez, quien instó a la sociedad para desarrollar mayor sensibilidad a favor de la gente con discapacidad.

La unidad educativa cuenta con salas especializadas en la educación desde el nivel inicial y primaria. La formación de los niños es en base a la malla curricular de educación regular, de esta forma desarrollan la educación integral y holística, que les permite rehabilitarse a procesos educativos con mayor pertenencia.

En el centro de educación, buscan el desarrollo de la potencialidad de equilibrio de los sentidos para complementar con el aprendizaje. La educación que se les brinda les permite a los niños no tener problemas en procesos de lecto - escritura o razonamiento lógico matemático.

Cuando los niños pasan de sexto de primaria a primero de secundaria, se les inserta en la educación regular para que se integren ambas poblaciones de manera autónoma e independiente.

A la fecha se cuenta con más de 14 años de inclusión con resultados positivos; se tiene estudiantes bachilleres sordos que se habilitaron en educación superior y actualmente son profesores que trabajan en las instalaciones. Viendo el resultado con estos tres profesores, totalmente sordos, se comprobó que el proceso es adecuado y brinda resultados, pero no todos pueden ser maestros, por ese motivo se habilitó un taller de corte y confección, el mismo que muy pronto contará con la posibilidad de titulación como técnicos medios; es la aspiración de la directora. El maestro a cargo, se dio a la tarea de aprender lenguaje de señas para enseñar a los jóvenes a cortar y costurar.

En el centro, se cuenta con varios niños que provienen de diferentes lugares, tal el caso de Huanuni y Caracollo. Los estudiantes deben venir hasta Oruro tomando de dos a tres minibuses.

Uno de los tropiezos que atraviesan, es la falta de empatía de los choferes que al no identificar su discapacidad los tratan mal porque no logran entenderlos y les gritan con groserías hiriendo la sensibilidad de los estudiantes, marcando el nivel de frustración, explicó la directora.

Fuente: LA PATRIA