El Mini Calvario no es Alasitas

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Hace un par de día celebramos el Día de la Candelaria, todos manifestando su fe y devoción hacia la Virgen del Socavón. Simultáneamente, se realizaron muchas actividades desde las costumbristas, tradicionales con simbolismos propios de las creencias del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Sin embargo, muchos ciudadanos afirmaron que era otra Alasitas. Hay que diferenciar dos temas. El primero, Alasita es una palabra aymara que significa �??comprame�?�, mientras que el mini Calvario tiene otro tipo de connotaciones que es más juego, pero en esa diversión, también encierra un grado de fe y devoción a la Virgen del Socavón, siempre mezcladas entre dos culturas, la europea y la occidental.

El festejo del Día de la Virgen de la Candelaria tiene carácter religioso, en la que los devoto-danzantes, así como los pasantes o finalmente los creyentes, le ofrecen una misa de acción de gracias en su honor.

Posteriormente, comienza la práctica de las tradiciones y costumbres, en el caso de algunos conjuntos folklóricos, sus pasantes, directorios o cofradías se encargan de armar arcos de plata, con el objetivo de pedir una serie de intenciones a la Virgen del Socavón, desde salud, trabajo, hasta prosperidad. Muchas veces, estos arcos tienen sus padrinos. Y los arcos no son más que una especie de ofrendas hacia la Patrona de los orureños.

Para ello, se deben cambiar o comprar billetes que solo tienen vigencia en esta actividad. Asimismo, los artesanos y gastrónomos se encargan de preparar sus productos, todos en miniatura.

Se observa platos tradicionales, como el picante, charquekan, fricasé, anticuchos, entre otros, así como riquísimos manjares orureños, api, helados de canela, tortas del Calvario, dulces y otros.

En cuestión de bienes materiales, hay casas, material de construcción, computadoras, vehículos, productos comestibles, bebidas y en el ámbito académico una diversidad de títulos, incluso hay matrimonios y divorcios.

Cuando se adquiere un bien, el feligrés debe tener mucha fe, para que ese bien se convierta en realidad en el menor tiempo posible, en petición a la Virgen del Socavón. Se acostumbra a chall�??ar, pero también se hace bendecir para ese propósito, así como sahumar para se cumpla el deseo material.

Es una tradición que perdura desde tiempo remoto. Los primeros calvarios registrados, se hacía en la punta del cerro Pie de Gallo, sin embargo, como se registraban muchos accidentes a causa de las caídas, es que, con el tiempo, esta actividad se efectúa en la Plaza del Folklore, antiguamente conocida como la Plaza Argentina.

Periodista de LA PATRIA