Miercoles 01 de febrero de 2023

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Editorial y opiniones
La crisis educativa global y la malla curricular
01 feb 2023
Por: Rafael Ramirez
La pandemia de COVID-19 precipitó una crisis educativa a nivel global, incluyendo a Bolivia, que ha tenido efectos devastadores en la vida de millones de niñas, niños y adolescentes en todo el mundo, poniendo en evidencia la brecha digital, la inequidad de oportunidades y la necesidad de preparase para un futuro productivo en el que la niñez y la adolescencia desarrollen su máximo potencial y persigan sus planes de vida sin limitaciones ni discriminación.
En este marco, surge el llamado a transformar la educación como parte de ??Nuestra Agenda Común?, fijada por los gobiernos a nivel global para alcanzar los objetivos y metas de la Agenda 2030. Esta voluntad política fue expresada en la ??Cumbre Sobre la Transformación de la Educación? celebrada en Nueva York en 2022 a convocatoria del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres. En ese evento, que tuvo la participación del Estado Plurinacional de Bolivia, se evidenció la necesidad de mayores compromisos para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 -Educación de calidad- antes de 2030, los que se deben cumplir con especial participación, asertividad y dinamismo por el efecto de la pandemia y en beneficio de las y los estudiantes.
Con este esfuerzo mundial, se espera recuperar el terreno perdido y mejorar la calidad y pertinencia de la educación, y Bolivia no debería ser un caso aparte. Es por eso que desde?Naciones Unidas alentamos todas las actualizaciones educativas enfocadas en el cumplimiento y desarrollo de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, que sean plausibles y contribuyan al país a cumplir sus compromisos internacionales, pero, sobre todo, el compromiso con la niñez y adolescencia boliviana para ofrecerles una educación más pertinente para su futuro y su plan de vida.
Una revisión curricular no se la hace con frecuencia, y es por eso que destacamos el esfuerzo que realizó el Ministerio de Educación para que la actualización curricular fuera una oportunidad para el debate con múltiples actores, y así proporcionar una visión de mejoramiento continuo, alentando un dinamismo que no sólo es saludable sino también deseable. No es aconsejable, por lo tanto, reducir el proceso a unas temáticas particulares en debate, sino quizás tomar la oportunidad para mejorar la calidad de la educación de Bolivia, recuperar los aprendizajes perdidos y preparar a los estudiantes con las habilidades que requiere el contexto global y el mundo del trabajo, desarrollando también sus competencias para protegerse contra la violencia y alcanzar su pleno desarrollo con igualdad de oportunidades.