En la intimidad del inmortal Antonio Barrientos (Magoo)

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Eximio guitarrista y referente del talento que nace en Oruro, Antonio Barrientos Sanz (Magoo) partió a la casa del Padre el 23 de enero, no obstante, su nombre y su interminable talento quedarán grabados para siempre en los sitiales más privilegiados de la historia cultural boliviana.

Sus padres, Ricardo Barrientos y María Nidia Sanz, no tenían connotaciones musicales; pero sí su tío, Willy Flores, quien fue el que despertó en él su interés por la música, especialmente por la guitarra, cuando tenía más o menos 12 años. Fue así que este familiar fungió como su primer maestro, enseñándole acordes, arpegios, a templar el instrumento, y demás connotaciones básicas.

�??Practicaba todos los días por lo menos tres o cuatro horas, yo lo escuchaba. Poco a poco se fue volviendo más diestro para ejecutar y sacar los temas e interpretarlos�?�, recordó su hermano,

Orlando Barrientos.

Su primera guitarra propia fue un regalo de Humberto Cartagena, famoso profesor del Colegio Nacional Bolívar quien, fascinado por el talento que Antonio demostró en una reunión, le obsequió su propio instrumento para que siguiera desarrollando sus habilidades.

Tras salir bachiller en 1971, se fue a estudiar a la Argentina, y en esa aventura lejos de casa exploró de cerca su amor por el rock, uno de los más influyentes en el mundo. Ahí, con su inseparable guitarra, se convirtió en un músico de ese género; no obstante, un desafortunado accidente lo forzó a retornar a su natal Bolivia.

Entre los grupos de los que Antonio fue parte, �??Aqualum�?� fue el que más recordó su hermano. Junto con Edwin Guzmán, Luis Vayá, Pancho Romano y Nataniel Gonzales, comenzaron a hacer rock; lamentablemente, la falta de aceptación del público y su negativa a cambiar de estilo hicieron que se disolverá el grupo, no obstante, se unirían para otro proyecto.

Con los mismos músicos, inician el grupo acústico �??Nalupana�?�, de corta duración, pero que marcó una faceta importante en la vida de Antonio: sus inicios como compositor; pero además, su amor por los Andes y su música. Es así que, tras la segunda disolución de este conglomerado de músicos, Magoo decide ir a explorar los Andes y su música.

�??Un día le dijo a mi mamá que se iría de gira, una vuelta por el altiplano, según él serían dos semanas, pero no, se fue más de dos meses y nosotros no sabíamos nada. �?l se fue a ver los pueblos, las fiestas, todo�?�, narró su hermano.

Su espíritu y su corazón se dieron cuenta del verdadero amor que sentía por lo autóctono, y todas sus composiciones las dedicó a ese estilo, ejecutando la totalidad de esos sonidos solo con su guitarra.

Mientras dedicó su vida a los Andes, el guitarrista compartió su arte en escenarios prácticamente exclusivos, pues esta no es una música que atraiga multitudes; no obstante, eso fue lo que lo hizo feliz y lo que le permitió incluso volver a salir de las fronteras del país, tocando su guitarra en varios

países de Europa.

�??(Al inicio) Antonio Barrientos, bachiller del Alemán, decide hacer una carrera musical, eso no entraba en la mentalidad de los padres. Yo lo apoyé desde el principio, mi mamá también, pero le pedía que hiciera algo distinto, y mi papá simplemente no lo aprobaba�?�, declaró el hermano.

No obstante, el talento y pasión de su hijo los eventualmente los convencieron de que había elegido el camino correcto para su vida, y se convirtieron en sus más grandes admiradores. Ahora, tras su sensible fallecimiento, su familia lo recuerda como el eximio que fue, y defenderá su legado por la posteridad, pues están seguros que Antonio Barrientos servirá de modelo a seguir para futuros músicos.