Víctor Hugo Vaca, una mirada a los charanguistas bolivianos

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Víctor Hugo Vaca Guzmán Mendoza, nacido en la bella ciudad de Sucre, es otro de los prodigios del charango que pone en alto el nombre de Bolivia donde sea que va; y sus varios años de experiencia tanto en los escenarios como fuera de ellos, le ha mostrado la importancia de incentivar a los talentosos de este instrumento y no dejar que se pierdan.

A la edad de los siete años, descubrió su gusto por la música al escuchar a su hermano mayor y sus amigos ensayar en su casa, el charango llamó su atención de manera inmediata así que comenzó de manera autodidacta y posteriormente, en lo que años después sería el Centro Cultural Masis, comenzó a afianzar su destreza y habilidad.

Tras formar parte de su primer grupo infantil, los �??Juchuy Masis�?� en el año 1975, comenzó a tocar no solo en Sucre, sino también en otros departamentos como La Paz y Oruro; a partir de ahí, su recorrido musical continuó sin pausas y consiguiendo a su paso un sinfín de logros, experiencia y conocimiento que ahora comparte, ya que tiene el grado de maestro otorgado por la Sociedad

Boliviana del Charango.

DEL OTRO LADO DE LOS FESTIVALES

�??Es un trabajo delicado, uno tiene que ser profesional y liberado de cualquier regionalismo; uno tiene que basarse netamente en lo profesional para no perjudicar al concursante. Por el error de un jurado el concursante puede frustrarse musicalmente�?�, reflexionó el charanguista.

No obstante, desde el 2006 que fue la primera vez que fungió como calificador, el maestro del charango notó un patrón que no le agradó, y fue el nulo seguimiento o incentivo que se les hace a los charanguistas que logran algún galardón en este reconocido festival; sus trofeos se quedan de adornos en sus casas y no se sabe nada más de ellos después.

�??Muchos se preparan para el festival de Aiquile y luego se olvidan, y yo lo vi porque varios no saben ni templar su charango, se dedican exclusivamente a las tres canciones que tienen que presentar, y eso es una pena�?�, lamentó el maestro.

A esto se suma la falta de apoyo a los músicos pues, según el criterio de Víctor Hugo, el arte siempre ha sido relegada, y los artistas que van a representación de sus regiones casi nunca reciben ayuda con pasajes, u otro tipo de gastos que requieren.

SU TRABAJO

Su amplia trayectoria lo llevó a subirse a cientos de escenarios, incluso fuera de las fronteras del país; no obstante, también pudo notar que un músico que quiere mostrar su arte fuera de Bolivia tiene las cosas más complicadas si no pertenece al eje central; pese a eso, Víctor Hugo logró sobrellevar la situación y sobresalir.

�??Uno se siente feliz porque vas al extranjero, te ven con tu charango y dicen: ah, boliviano. El charango es identidad y por eso es Patrimonio Cultural de Bolivia, es un orgullo para nosotros representar a nuestro país en otros lugares�?�, manifestó.

A parte de trabajar en su música con el �??Trio Antología�?� y preparar su disco como solista, al estar consciente de la realidad de los charanguistas en Bolivia, también se dedica arduamente a su rol como maestro de este instrumento, guiado siempre por la premisa de tocar el charango como una forma de expresar los sentimientos y de sentar soberanía.

�??William Centellas soñaba con un ejército de charanguistas, y ahora lo tenemos porque hay cualquier cantidad entre niños, jóvenes y mayores; el objetivo de todo boliviano es defender lo nuestro, y eso es el Patrimonio Cultural: el charango�?�, señaló el maestro.