Prohibida la entrada

En Perú se destituyó a su presidente y ahora gobierna la que fuera ex vicepresidente, y su anterior mandatario está en la cárcel, acusado de corrupción. En ese contexto y, pese a que la señora pertenece al mismo partido que su predecesor, ha tomado decisiones contrarias a su expresidente.

Una de las medidas que consideró la mandataria, fue que nueve personas de nacionalidad boliviana tendrían prohibido entrar al Perú, entre ellos está el ex mandatario, Evo Morales, quien era bastante cercano al expresidente peruano.

Entre las 9 personas que tienen prohibido el ingreso a Perú, están personas cercanas a Evo Morales, como la mamá de su hija Evaliz, el padrastro de la misma y otras personas más, porque los peruanos consideran que Morales incita y llama al enfrentamiento entre ellos y rechazan lo que creen que es una injerencia de su parte.

A estas alturas de la vida, uno tiene que buscar y promover la cultura de Paz, sin embargo, después de reencaminarse la situación de Bolivia, luego de 36 días de paro que perjudicaron al país, nuevamente el 28 de diciembre pasado se apresó al gobernador de ese departamento, Luis Fernando Camacho, desde ese momento volvió al país la incertidumbre, las protestas y la violencia.

No obstante, para el partido gobernante del país, la única verdad que existe es la que ellos relatan, la que ellos creen y pretenden implantar en la memoria colectiva de todo el país, para consolidar su versión del Golpe de Estado, y Perú va por esos caminos, ya que su ahora expresidente está preso luego de dar un autogolpe de Estado.

En realidad, no es que uno copie al otro, sino que se viven realidades parecidas en diferentes países, donde se practica el socialismo del Siglo XXI, y aunque se trató de estandarizar la ideología, cada país tiene sus particularidades, y las historias no se pueden uniformar.

En todos los países en los que gobierna el socialismo del Siglo XXI, se presentaron enfrentamientos, disturbios, descontento de la gente, sin embargo, los gobernantes no pretenden cambiar de ideología, están convencidos, pese a sus falencias, que el socialismo del Siglo XXI es la mejor forma de gobierno.

Pese a las afinidades que tienen los países de Latinoamérica, cada uno debe analizar la mejor manera, no sólo de administrar el Estado, sino de mejorar la vida de la ciudadanía en su conjunto, sin buscar la división, olvidar viejos rencores, y dejar el pasado atrás, como se observó, la única forma de lograrlo es unificando, dejando atrás los enfrentamientos, el odio, que no son buenos consejeros.