El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha instruido el trabajo preliminar de una recolección de “información cartográfica” en los distritos de cada ciudad y en el área rural departamental con el objeto de obtener datos sobre el número de viviendas y familias que habitan en las mismas a lo largo y ancho de la denominada “mancha urbana”, permitiendo esa información tener elementos pre determinados para manejar las cartillas oficiales del venidero censo de población y vivienda.
Resulta interesante saber que hay una actividad seria que abra el trabajo del censo, considerando que los datos que se obtengan oficialmente tendrán que ser utilizados ya no con fines de orden político, sino más bien con criterio de sentido técnico que establezca un detalle de las verdaderas necesidades de la población.
Actualmente muchos proyectos son aplicados “a ojo de buen cubero” sin tener estimaciones apropiadas de la proporción de problemas que confronta la gran mayoría de pobladores de los barrios de la ciudad, especialmente en lo que corresponde a saneamiento básico, agua, alcantarillado, luz y vías seguras de circulación peatonales y vehiculares.
No es todo lo que falta puesto que en una ciudad que se precie de cierto grado de modernidad debe pensarse también en centros de salud, áreas verdes, campos deportivos y sitios de esparcimiento, determinando su implementación en función a la cantidad de pobladores y los grupos etáreos que componen cada sector de la ciudad, esto con el objeto de no incurrir en gastos onerosos para construcción de obras que no sean estrictamente necesarias, eliminando también los maquillajes superficiales que tienen vigencia efímera.
Los datos que sean recolectados en una primera fase de información cartográfica deberán ser lo más aproximados a la realidad de cada distrito, de modo que cuando se realice el censo no existan sorpresas o por otro lado se excluyan los datos que son extremadamente importantes para determinar las debilidades o mejor las deficiencias que existen y que tendrán que tomarse en cuenta para la futura elaboración de los programas de desarrollo local.
La ciudadanía debe cooperar en las tareas de los encuestadores valorando su información que tiene que ser realista, concreta y específica para que no quepan dudas sobre las necesidades de la gente en los barrios de la ciudad o en las comunidades del área rural.
Hay que trabajar con responsabilidad ciudadana, esto quiere decir ofreciendo respuestas precisas, simplemente tomando en cuenta los detalles de lo que hace más falta en cada caso, de manera que a tiempo de tabular los resultados preliminares se vislumbre ya un panorama estrictamente objetivo sobre la demanda poblacional y las expectativas en materia de soluciones prácticas que serán refrendadas en el venidero censo.
Hay que insistir en la exigencia de un trabajo responsable, especialmente en una tarea preliminar que facilitará el desarrollo censal meses más adelante. Alguna información del INE ha sido rebatida por organismos especializados independientes, de ahí que lo que se haga en función del censo debe tener un sello de honestidad y alta responsabilidad.
Fuente: LA PATRIA
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