Lucha desigual

La popularidad del actual Presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, bajó considerablemente, porque en lugar de buscar una solución a los problemas que se presentaron en Santa Cruz, al parecer busca la venganza, ya que, ante los paros y bloqueos organizados por la sociedad civil, envía a grupos de choque, a la policía y a funcionarios a enfrentarse de manera violenta.

Lo peor de todo es que se comprobó que policías actúan como vándalos o delincuentes, pero acusan y encierran a civiles por "provocar" la violencia, pero es una lucha desigual porque quienes actúan de esa manera tienen a la justicia y al poder de su lado, mientras que los ciudadanos de a pie no tienen cómo defenderse.

Mientras que el vocero presidencial señala que los ciudadanos cruceños son violentos, los acusa de buscar la desestabilización del Gobierno, son grupos de choque que responden al oficialismo quienes están detrás de los atentados, y eso se puede ver en videos que se comparten en las redes sociales.

Ahora, los "ponchos rojos" hablan de terrorismo y desestabilización, acusando a los cruceños de ser violentos, mientras que confiesan que "botaron" a Gonzalo Sánchez de Lozada, presidente constitucional en 2003, y a Jeanine Áñez, confesando que gestaron no uno sino dos golpes de estado. Ellos acusan a la población civil que no apoya al Gobierno de golpistas, pero ellos fueron quienes expulsaron a dos presidentes.

En Santa Cruz de la Sierra se anunció marchas y vigilias pacíficas, por lo tanto debe cesar la confrontación, porque desde hace 16 años ya han muerto muchos compatriotas y ya no debe haber más sangre, aunque el ex vicepresidente, Álvaro García Linera señaló que toda revolución se tiene que hacer con sangre.

Está claro desde dónde viene la violencia, y no es de la población que reclama lo que cree que es justo, pero no tiene el poder político que detentan otras personas, quienes están ahora en función de gobierno, pero ellos deben recordar que el mismo es efímero y que un día dejarán esa posición y deberán rendir cuentas.

Lo más sabio es buscar la paz y la armonía, sostener un diálogo abierto y sincero, que se llegue a acuerdos y no confrontar, menos aun usando la violencia, porque de no hacerlo así seguirá la situación difícil, lo que puede llegar a aquello que tanto reclaman los ponchos rojos, una guerra civil, que no es nada bueno ya que se derramará sangre boliviana de hermanos al fin.

Es cierto que los bloqueos de calles o caminos son delitos, pero también lo son los daños a la propiedad privada o pública, y pues, no se combate la delincuencia con más delincuencia, la violencia con más violencia, por lo tanto, se debe actuar contra la violencia, el vandalismo y todo lo que causa daño de cierta manera. Es tiempo de pacificar, consensuar, unificar y sanar heridas, por el bien de Bolivia.