Ánimo para lo que se viene

Si a alguien le pareció complicado el año 2022, el panorama que se pinta para este año que comienza es quizás un poco menos alentador, ya que, al menos en cuanto a la economía, se espera que, producto de la guerra, el Covid y otras razones, será algo más duro, y más aún para quienes no están preparados en educación financiera.

En cuanto a otros temas, pues ya vimos, no sé pudo comenzar siquiera el año en paz, ya que la situación en Santa Cruz de la Sierra está caldeada, y a parecer a nuestros gobernantes no les importa, es para ellos prioritario demostrar su tesis de que hubo un Golpe de Estado en 2019, en lugar de la tranquilidad y la paz, porque convengamos en que no toda la población está de acuerdo con esa versión de los hechos de la historia.

La población amedrentada con saqueos, vandalismo y más violencia, además de pedidos a gritos de guerra civil, pidieron a los políticos que quedaban en el país que se haga algo para solucionar esta situación. Ahora quien debe pagar por todo ello es el gobernador de Santa Cruz, al que los cruceños apoyan y no estarán en paz hasta que lo vean libre.

Durante los 36 días del paro cruceño, pudimos ver cuánto realmente afecta esa situación al resto del país y en realidad cambia radicalmente la vida de las personas, porque principalmente los mercados de alimentos y combustibles se ven desabastecidos, la economía misma cae en recesión, pero la solución no es tan visible, ni cercana.

Con este panorama comenzamos el año 2023, aunque la ciudadanía continúa esperanzada deseando a sus vecinos, familiares y amigos un próspero año y que sea mejor que el anterior, que los sueños y deseos del corazón se hagan realidad y que logremos vivir en paz, armonía y con calidad, que los problemas se solucionen y que todo sea mejor.

Es el deseo que tiene toda persona en realidad, pero a veces anteponen sus propios intereses y esa actitud es la que lleva a colapso difíciles de dejar atrás. Sin embargo, cuando alguien cree fervientemente en algo, ese deseo o sueño se hace tangible, por lo que es un rayo de esperanza el pedir a la ciudadanía que se enfoquen en lo positivo.

No quiere decir que se va a negar lo que no anda bien, ni debemos alegrarnos por las cosas malas que suceden, sino que debemos mirar hacia el mejor lado que tienen todos los bolivianos, su resiliencia, su capacidad de sobreponerse a los problemas y superarlos reinventándose, pero se tiene que hacer fuerza colectiva, entre todos como un solo corazón.

Y mejor si se comienza con la educación de nuestros niños y adolescentes, así que veamos hacia el futuro con optimismo, sabiendo que cualquier dificultad será superada y entre todos haremos que el año 2023 sea mejor que el que terminó ayer.