Sábado 19 de mayo de 2012

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Este tendría que ser un tema que realmente se ejecute en todos los niveles que están ligados o asociados a los organismos que efectúan tareas de seguridad ciudadana, para garantizar la convivencia pacífica entre bolivianos y en un país que merece condiciones positivas para su desarrollo.
Son muchas las circunstancias que alteran el orden público y ponen peligro la tranquilidad de la población, que en la mayoría de los casos no tiene relación directa con grupos que sectorialmente interrumpen el desarrollo de actividades que son parte del quehacer diario de mucha gente que inclusive vive de su trabajo en las calles, en puestos de venta, en comercio variado, en servicios de diversa índole o en el transporte y que por reacciones sectarias de reducidos grupos ven perjudicadas sus normales actividades, sin que nadie le ponga remedio a tan caótico proceso, casi institucionalizado en nuestras ciudades.
Frente a estos problemas, que tienen origen en situaciones de injusticia social y que se agrandan por incomprensiones entre las partes, la ciudadanía analiza cada caso y por solidaria condición humana brinda apoyo a quienes llevan la peor parte, cuando no reciben salarios justos o no se atienden sus demandas para mejorar servicios, como en los últimos casos de los médicos, o la situación de los asalariados del país en general, el caso de los hermanos originarios del Tipnis que realizan otra marcha esforzada y hasta peligrosa para la salud de sus protagonistas… en fin son varios otros problemas que persisten por falta de oportuna atención y se complican en la medida que la burocracia estatal difiere su consideración y solución.
Fuente: LA PATRIA