Una niña peligrosa

Este año la sequía afectó de una peor manera que el año pasado, y es que se hizo presente una Niña muy peligrosa, no hablamos de una persona sino del fenómeno climático que afecta con severas sequías en la parte Sur del continente Americano.

En Bolivia se habla de la pérdida de 140.852 hectáreas, que a causa de la sequía quedaron sin utilidad alguna, es más, en Cochabamba, productores del valle alto tomaron la dura decisión de rematar sus terrenos, que quedaron improductivos por la falta de agua para el riego.

Entre tanto se informó que son 102.440 las familias afectadas por las sequías, muchas de las cuales seguramente se verán obligadas a abandonar sus lugares de origen en busca de días mejores, ya que, al igual que muchos comunarios de Poopó, quienes vivían de la pesca, tuvieron que cambiar de rubro y finalmente irse a otros lugares donde puedan trabajar y vivir sin el riesgo a morir por la falta de agua y alimento.

Personal experto en meteorología aseguró que habrá lluvias, pero serán escasas, por lo que se recomendó aprovechar la humedad que se generará para atraparla, o construir atrapa lluvias para obtener algo más de agua, que como lo demostraron los etíopes, inclusive en pleno desierto se puede atrapar la humedad y las escasas lluvias que caen en su territorio.

El proyecto para conseguir agua en el desierto se llama Warkawater, y consiste en la construcción de unas torres hechas con plástico, por donde escurre el agua de la lluvia y se convierte en agua potable, limpia y purificada. Se podría imitar ese ejemplo y construir torres atrapadoras de agua en zonas donde aún hay humedad.

Hace años se decía que hay suficiente agua para todos, pero está mal distribuida, sin embargo, con la generación de gases de efecto invernadero el clima es más extremo y la Tierra se calentó tanto que inclusive los polos se están derritiendo.

En Oruro, la sequía afectó sobre todo al lago Poopó, que era el segundo lago navegable más grande del Altiplano, se secó al punto de convertirse en un salar, el agua volvió limpia y pobló de peces el humedal durante la cuarentena por el Covid-19, pero apenas se retornó a la �??normalidad�?�, el lago sufrió de nuevo y ahora la sequía está azotando a los antes pescadores de la región.

Antes de invertir millones en el combate a la sequía, es necesario hacer un análisis serio del impacto en la región, y tomar decisiones sabias pero urgentes sobre qué método usar para encarar un proyecto de impacto que realmente revierta la difícil situación que vive el país en cuanto a este fenómeno climático que preocupa a los productores agropecuarios.