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Dorothy Lawrence, la periodista que se hizo pasar por soldado - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 13 de noviembre de 2022

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Revista Dominical

Durante la Primera Guerra Mundial

Dorothy Lawrence, la periodista que se hizo pasar por soldado

13 nov 2022

Por: J.M. Sarduni

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Durante la Primera Guerra Mundial, ni siquiera la imperiosa necesidad de aumentar los efectivos militares en el frente pudo convencer a los distintos Gobiernos de los países en conflicto de aceptar mujeres en las filas de sus ejércitos.

En esa época, vestirse de militar y empuñar un arma, era algo reservado exclusivamente a los hombres. Pero eso no desanimó a muchas de las que querían hacerlo.

De hecho, la mayoría de mujeres que se arriesgaron a combatir lo hicieron disfrazadas de hombres, ocultando su verdadera identidad, ya que de haber sido descubiertas hubiesen acabado en prisión o quizá incluso frente a un pelotón de fusilamiento.

Entre todas estas mujeres, destaca Dorothy Lawrence, nacida el 4 de octubre de 1896 en Inglaterra, posiblemente entre Middlesex y Warwickshire. El de Dorothy es el caso de una mujer que no dio su brazo a torcer.

A pesar de ser hija de padres desconocidos y de haber sido educada, según contó ella misma, por un clérigo, la pequeña Dorothy nunca dejó de soñar en que algún día sería periodista y viviría numerosas aventuras, aunque en aquellos momentos desconocía que ese sueño la conduciría a primera línea de combate, donde acabaría excavando túneles durante la batalla del Somme.

DENIS SMITH

Desde muy joven, la vocación de Dorothy fue el periodismo, y a pesar de que nunca tuvo la oportunidad de cursar estudios universitarios, sí que consiguió que el periódico The Times le publicara algunos artículos.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, Dorothy vio una oportunidad y quiso convertirse en corresponsal de guerra, pero en un mundo donde las mujeres apenas trabajaban fuera de casa, ningún periódico de la época aceptó su propuesta.

Según los editores no era lo mismo publicar los escritos de una joven sin experiencia que enviarla al frente, donde debería poner en riesgo su vida para conseguir una noticia, que además tenía que cumplir las expectativas de los lectores.

En vista de la situación, Dorothy tomó una drástica decisión: colaborar con el VAD (The Voluntary AID Detachment), una organización de voluntarios civiles, compuesta sobre todo por mujeres, que ofrecía ayuda sanitaria al personal militar. Pero, los miembros del VAD siempre actuaban en retaguardia, por lo que Dorothy tampoco tenía opciones de ir al frente.

Dorothy estaba empeñada en llevar a cabo su misión contra viento y marea. Así, en 1915, se trasladó por su cuenta y riesgo a Francia. Pero la mala suerte hizo que estando ya muy cerca del frente, en la ciudad de Senils, la Policía francesa la detuviera y la ??invitase? a volver a Inglaterra.

Dorothy, sin embargo, ignoró las advertencias de la policía francesa y puso rumbo a París, donde entró en contacto con un grupo de soldados británicos a los que contó sus intenciones.

Los jóvenes quisieron ayudarla, y para ello le consiguieron una indumentaria masculina para que pudiera hacerse pasar por hombre y, así, llegar hasta el frente sin cortapisas.

Dorothy utilizó un corsé para disimular sus pechos, algodón para hacer más amplios sus hombros, desinfectante para oscurecer el tono de su rostro y se cortó el pelo al estilo masculino. Desde aquel momento, Dorothy Lawrence se convirtió en el soldado Denis Smith del Primer Batallón del Regimiento de Leicestershire.

TOMMY DUNN

Ya con su nueva identidad, Dorothy se dirigió al frente montada en una bicicleta. Cuando estaba llegando a una ciudad llamada Albert, en la región del Somme, se cruzó en su camino un zapador llamado Tommy Dunn al que contó su historia, y quien, deseoso de ayudarla, le encontró trabajo en la 51º División de la Compañía Tuneladora de Ingenieros Reales.

Pero Dunn también le advirtió de lo complicado de su situación y le aseguró que ??no sabes en qué peligro te encuentras?, refiriéndose no solo a las balas y los morteros, sino también a los hombres de su propio batallón, soldados curtidos en el combate y que podrían interesarse demasiado en ella si descubrían que era una mujer.

Así que Dunn le ofreció su protección y le buscó refugio en una cabaña abandonada donde la joven podría ocultarse para descansar y cambiarse de ropa sin que sus compañeros se enterasen.

Pero al cabo de tan solo unos diez días, la dureza de la vida en el frente empezó a hacer mella en la salud de Dorothy. Consciente de que si iba a un hospital se descubriría su verdadera identidad, lo que perjudicaría a los compañeros que la habían ayudado, Dorothy decidió entregarse voluntariamente a las autoridades militares.

La noticia de su presencia en el frente provocó un enorme estupor entre los altos mandos, que no se explicaban cómo una mujer podía haberse colado tan fácilmente entre sus filas sin despertar sospechas.

Al principio pensaron que podría tratarse de una espía, así que la enviaron al cuartel general del Tercer Ejército y la sometieron prácticamente a un consejo de guerra presidido por tres generales, quienes finalmente decidieron recluirla en un convento local hasta que pudiera ser trasladada en un ferry de regreso a Inglaterra.

Lo importante era evitar que su caso saliera a la luz y pudiera alentar a otras mujeres a hacer algo semejante.

ABANDONADA POR TODOS

Una vez embarcada en el ferry que la llevaría de regreso a Inglaterra, Dorothy coincidió con la líder del movimiento sufragista Emmeline Pankhurst, que volvía de una estancia en París en la que había reclamado a las militantes del WSPU (Women??s Social and Political Union) que interrumpieran sus acciones de protesta mientras durase la guerra y les pedía asimismo animar a las tropas ya que consideraba que Alemania era un peligro para la toda la humanidad.

Pankhurst escuchó la historia de Dorothy y la alentó a que contase su experiencia públicamente, pero esta declinó la oferta ya que se exponía a ser arrestada si lo hacía.

Sin embargo, una vez terminada la guerra, en 1919, Dorothy decidió escribir sus memorias, que publicó con el largo título de Sapper Dorothy Lawrence: The Only English Woman Soldier Late Royal Engineers, Fifty-First Division 179th Tunneling Company. Pero el libro no tuvo la acogida que esperaba, e incluso fue censurado por el Ministerio de la Guerra.

Finalmente, sin nadie que quisiera contratarla como periodista, olvidada por la mayoría y sin familia a la que acudir, Dorothy terminó recluida en un sanatorio en 1925 después de acusar al clérigo con el que se había criado de haber abusado de ella cuando era una adolescente.

Durante el resto de su vida, Dorothy estuvo ingresada en diversos centros psiquiátricos en los que permaneció hasta su muerte, en 1968. Ese sería el triste final de Dorothy Lawrence.

En la actualidad, el War Imperial Museum de Londres trabaja para recuperar la memoria de muchas mujeres olvidadas que estuvieron en el frente, y también continúa investigando la singular historia de Dorothy Lawrence, una mujer que, con la intención de contar al público lo que estaba sucediendo en el frente desde primera línea, se convirtió, poniendo en grave peligro su vida, en soldado del Ejército Real británico.

Articulista especializado en Historia

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