Domingo 23 de octubre de 2022

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Un diputado masista tiene listo el proyecto para convertir a La Paz en la capital definitiva de Bolivia y lo ha anunciado horas antes de que los empleados públicos sean embarcados hacia Santa Cruz.
La intención es dar a los empleados ambulantes paceños la certeza de que no perderán sus cargos ni porque la sede vuelva a Sucre ni porque se instale en Santa Cruz, aunque a ellos más les preocupa que se quede en Chapare.
Estos empleados habían mostrado que más aprecian las pegas que la ideología cuando se ocultaron en noviembre de 2019 mientras los caudillos del ??proceso de cambio? huían como ratones o se metían en embajadas.
El proyecto de hacer ese cambio en la constitución responde también a los nervios que tienen los empleados paceños de que el cocalero Morales termine de trasladar el gobierno a Llauca ?, llevándose también el área económica, que es la que Luis Arce retiene todavía en La Paz.
Eso sí, Llauca ? sería el nombre más extraño del mundo para una sede de gobierno, intraducible para los idiomas que no tienen la N con sombrerito. No sería tomada en cuenta en Internet.
Los seguidores del cocalero y los de Arce partieron con cierto resquemor, porque saben que hay pititas infiltrados que recibirían también viáticos y banderas de color cariñosito para identificarse, aunque no como opción de género.
Los caudillos firmaron una tregua. Dejaron de acusarse, de un lado y del otro, de ser socios del narcotráfico, aunque ambos tengan razón.
El cocalero no ha repetido su crítica extemporánea a Arce de que fue un mal ministro de economía por no haber asignado recursos suficientes a educación y salud, algo que no tuvo en cuenta cuando decidió designarlo como candidato del MAS en 2020.