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Osos en la danza de la diablada - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 16 de octubre de 2022

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Revista Dominical

Osos en la danza de la diablada

16 oct 2022

Fuente: Periodista LA PATRIA

Los jukumaris u osos andinos también participan en la actualidad en la danza de la morenada, principalmente en las provincias

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Por: Dehymar Antezana

Los osos son personajes pintorescos en la danza de la diablada del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, pero, aunque parezca extraño creer, también hay osos en la danza de la morenada. Iremos desglosando estos detalles a continuación.

En el siglo pasado, cuando éramos niños en la década del 80 principalmente, observábamos cuando ingresaba una diablada, que los osos eran personales que se encargaban de abrir espacio, por un lado, y por el otro, sacaban a las niñas o adolescentes de las graderías para llevárselas bailando por varios meteros y luego las devolvían a su lugar.

En la actualidad, este personaje en las diabladas de Oruro, perdió aquel rol, ya que antes eran pocos los danzarines que personificaban a este ser y les era más divertido y ahora que los conjuntos folklóricos con esta especialidad de danza crecieron en número, se fueron creando bloques específicos con este ser que tiene su simbolismo.

REPRESENTACI?N

Esta era una representación de una concepción muy antigua, que algunos investigadores de la cultura llegaron a plasmar en sus libros, como parte de su investigación en los fastos del Carnaval de Oruro.

Por ejemplo, don Jorge Vargas Luza escribe en su libro ??La Diablada de Oruro, sus máscaras y caretas? lo siguiente respecto al oso.

??Extraídos también de la tradición y costumbres del pueblo, son los seres que atemorizaban a los habitantes del lugar atacando a sus rebaños y también a las jóvenes vírgenes. Al igual que los Hukumaris (oso andino), son los encargados de la diversión de los observantes de los actos circenses y abriendo espacios para el libre desenvolvimiento de los danzarines?.

Por su parte, Antonio Revollo Fernández hace un análisis más profundo de su concepción, en su libro ??Apuntes del Carnaval Sagrado de Oruro?, cuando se refiere exclusivamente del Jukumari, el tiwula y otros.

??Kusillo-tiwula es un personaje que denota anti conducta frente a las mujeres particularmente, que son inducidas al adulterio y obedecen instintos sexuales demostrada por el carácter fálico de la nariz. Por ello, el zorro destaca por sus malas intenciones que junto al jukumari, seducen y pervierten a las mujeres?.

Según Revollo, el Titi (puma), el Anuthara (puma andino) y el jukumari, tienen ciertas similitudes por lo menos en el disfraz, pero sus roles son específicos en el interior de las comunidades rurales, ayllus, y markas, y forman parte de las ritualidades en el ciclo agrícola anual, a partir del año nuevo aymara.

EL OSO EN LA DIABLADA

El jukumari como animal de connotación negativa que desequilibra la armonía familiar y de toda la comunidad, no podía quedar al margen dentro de las danzas vernaculares, menos con la diablada que forma una sinfonía de huestes malignas junto al ??katari? o ??amaru? deidad antiquísima que viene de nuestros antepasados.

??En la diablada, expresión cúltica hecha danza en la patria chica Oruro, el recate de la pristinidad de nuestros fastos vernaculares resulta insoslayable la recuperación de nuestra heredad a través de los mitos, leyendas y tradiciones que tramontan el espacio prehistórico e histórico a la par del riquísimo proceso transcultural que dieron una personalidad inigualable y unívoca con sello e impronta regional, rescatar el conjunto de elementos intervinientes en la coreografía, como satanaces, diablos, chinas supay, osos (jukumari), cóndor (kunturi mallku) y el Arcángel San Miguel?, afirma Revollo.

Según su investigación, el oso jukumari existió desde tiempo inmemorial en sitios hinóspitos de la altiplanicie y valles de Bolivia. Por tanto, asegura que se debe retornar a la autenticidad para evitar situaciones deformantes, y conservar de manera original las tradiciones y costumbres, además de defenestrar a los plagiadores de nuestras fronteras, que pretenden usurpar nuestra cultura, sin respetar lo original y auténtico.

Finalmente, Revollo afirma que el oso en la diablada de Oruro no solo es un mero agregado, elemento yuxtapuesto o simple figura decorativa. Al igual que el cóndor o ??kunturi mallcu?, son personajes emparentados dentro la acción y pensamiento de las comunidades andinas, expresadas en las numerosas danzas vernaculares subsistentes en nuestros días de la cual los bolivianos somos herederos directos.

LOS OSOS EN LA MORENADA

Hasta el siglo pasado, también había osos en la danza de la morenada, como ocurrió en la Morenada Zona Norte, el primer conjunto con esta especialidad en el Carnaval de Oruro y el mundo. Este personaje estuvo casi siempre presente desde su aparición.

Según el investigador Víctor Luna Patón, antiguamente en lugares donde había esclavos, en esta parte del territorio boliviano, éstos tuvieron encuentros con osos, principalmente jukumaris y en sus danzas incluyeron a este personaje, simplemente como un elemento decorativo, a diferencia de la concepción que vimos anteriormente con la diablada.

Debemos tomar en cuenta que el origen de la morenada, en el caso de Oruro, tiene que ver con la pisa de la uva, que es un ritual evangelizador, como lo es el relato de los siete pecados capitales en la diablada.

La tradición de mantener al oso jukumari, aún se mantiene en las morenadas del occidente del departamento de Oruro, como Corque, por ejemplo, donde ingresan jukumaris con sogas envueltas en el cuerpo, que a su paso con la morenada, las desenvuelven para abrir espacio en el público, para que el conjunto pueda pasar sin dificultad.

Pero este personaje también participa en morenadas del sector de Paria, como Querarani o Saitoco, en la actualidad son visibles y también tienen el mismo rol, señaló Luna.

Este autor indica, que antiguamente, en el traje, llevaban las garras de lata, con el afán de causar cierto temor en la gente y de esa manera abrir el espacio con mayor rapidez.

Con el paso de los años, el traje de los osos también tuvo su evolución, no solo en la careta, que a la fecha, las orejas son excesivamente alargadas a las de otrora que eran pequeñas. Además, eran confeccionadas en cuero de oveja y lata.

Para el cuerpo sucede lo mismo, antes estos trajes eran con ese tipo de cuero, pero a la fecha fueron sustituidos por otros elementos, como el denominado peluche.

Asimismo, para que tengan más personalidad, se acomodan por dentro rellenos de esponja. Antiguamente, los osos eran flacos y no utilizaban zapatones del mismo material, con garras de cuerina, tanto en los pies como en las manos, lo hacían simplemente con tenis y guantes, no tenían la apariencia de este animal pintoresco.

En definitiva, el oso a la fecha se constituyó en un elemento trascendental en la danza de la diablada de Oruro, cuyos pasos y coreografía a diferencia de los diablos, tienen movimientos más agraciados, que se vuelven en toda una atracción del público que observa el paso de la diablada, cada vez que se encaminan peregrinando mediante la danza, hasta los pies de la Virgen del Socavón.

Fuente: Periodista LA PATRIA
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