La ardua labor que realizarán los voluntarios, limpiando el lago, se reconocería evitando volver a ensuciar, y en ese aspecto la población en su conjunto evitará volver a botar la basura sin clasificar, recordemos que una ciudad limpia no es la que se
barre más, sino la
que se ensucia menos
Fue noticia mundial, cuando el lago más grande de Oruro se secó y se convirtió en un salar, murió el lago y con él las esperanzas de muchas personas que vivían de la pesca, y de la venta de sus artesanías realizadas con totora.
Todo empezó con la muerte inexplicable de millones de peces y miles de aves acuáticas.
El lago logró una milagrosa recuperación el año 2020, cuando, durante la primera ola de la pandemia del coronavirus, se cumplió un confinamiento de aproximadamente cinco meses, en que las familias salían poco o nada de sus domicilios para evitar los contagios y las muertes por ese virus que en un principio fue letal.
Pero apenas se retornó a la normalidad y la gente salió de su casa, el lago volvió en poco tiempo a secarse y la producción de peces disminuyó drásticamente. Pero Oruro tiene dos grandes humedales que se conectan entre sí a través del río Desaguadero, por lo que causa mucha preocupación el estado en que se encuentra.
Debido a esa preocupación que genera la contaminación de este humedal es que se determinó encarar una nueva campaña de limpieza del Uru Uru, la misma comienza hoy y se tendrá a voluntarios y trabajadores de la Empresa Municipal de Aseo, EMAO, estarán en la ribera del lago para retirar el mar de botellas pet que ahogan el espejo de agua.
Otra práctica preocupante, además de contaminante y destructiva es el chaqueo, es decir, la quema de totora le roba el oxígeno al lago, por lo que debería prohibirse y controlarse que se cumpla la ley.
Es urgente que la mayoría de los orureños participen de manera activa, en estas campañas de limpieza, por el bien de todos los que habitamos en la ciudad, ya que será un beneficio de toda la población. Para participar en la limpieza del lago, es necesario llevar botas para el agua, guantes y barbijo.
Es probable que no se logre gran cosa, ya que la basura debe ser retirada con las manos y luego entrará la maquinaria pesada, y son muchas toneladas de desperdicios, entre los que figuran mayormente las botellas pet.
Es urgente que esté disponible la planta de tratamiento de residuos sólidos, para que se recicle algunos materiales como las botellas pet, que pueden ser reutilizados de muchas maneras, pero sobre todo sirve para fabricar biodiesel, que conviene porque ayudará a evitar un desastre climático mayor, al servir de combustible y disminuir el volumen de botellas acumuladas.
Con esa planta, todo envase plástico tendría una segunda oportunidad y se estaría recurriendo a las tres R, reducir, reciclar, reutilizar para salvar a nuestro planeta de la contaminación por plásticos. La ardua labor que realizarán los voluntarios, limpiando el lago, se reconocería evitando volver a ensuciar, y en ese aspecto la población en su conjunto evitará volver a botar la basura sin clasificar, recordemos que una ciudad limpia no es la que se barre más, sino la que se ensucia menos.
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