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Domingo 13 de mayo de 2012

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Revista Dominical

Una obra faraónica de la ingeniería china

13 may 2012

Fuente: Beijing (PL).-

Por Teresita Vives Romero - Corresponsal de Prensa Latina en China

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Ante el gran desafío de aumentar la producción de alimentos debido al creciente número de habitantes, el agua, en términos de acceso, uso sostenible y saneamiento, deviene rompecabezas a fin de prevenir la ya anunciada crisis ecológica y social global.

China, al ser el país más poblado del mundo, está consciente de ello y entre las acciones que realiza en ese sentido está el Proyecto de Agua Sur-Norte, un ambicioso plan que busca reducir el desequilibrio de ese líquido entre ambas regiones.

La iniciativa, destinada a aliviar el déficit de ese recurso en las áridas zonas norteñas, se lleva a cabo en paralelo a otras dirigidas a mejorar su calidad, al ahorro, la conservación y uso adecuado.

Iniciada en 2002 y concebida en tres rutas, oriental, central y occidental, la obra hidráulica tiene como objetivo trasladar el agua desde el río Yangtsé, el más largo de China, hasta la región septentrional, tradicionalmente propensa a la sequía.

De acuerdo con lo previsto, algunos canales de derivación deben entrar en operación en fecha cercana. El viceprimer ministro Li Keqiang instó a las autoridades recientemente a incrementar los esfuerzos para cumplir los plazos establecidos de su construcción.

Mientras la cuenta regresiva para la apertura del Canal Oriental comenzó, el central y entrará en operación en 2014, en tanto las evaluaciones para la construcción del occidental empezarán pronto, según se anunció. El traslado de agua en el primero se espera para 2013.

Con un costo estimado en unos 79 mil 300 millones de dólares, el proyecto Sur-Norte, además de garantizar la oferta de agua potable a la parte septentrional, desempeña un papel importante en el riego de los cultivos de trigo en las zonas afectadas por la sequía.

Gracias a esta obra se trasvasarán 44 mil 800 millones de metros cúbicos de agua anualmente para 2050.

Por la vía oriental, que prevé desviar 442 millones cada año, el agua fluirá desde el Yangtsé hacia las provincias de Shandong y Hebei, así como a las municipalidades de Tianjin y Beijing.

Esas últimas han recibido precipitaciones alrededor del 40 por ciento menos este invierno que años anteriores.

La sequía y la escasez de agua son severas restricciones en materia de desarrollo social y económico del país, reconoció Li.

Mientras, el ministro de Recursos Hidráulicos, Chen Lei, dijo a principios de marzo que ese problema se ha convertido en un cuello de botella para el desarrollo sostenible en todo el mundo y es necesario un esfuerzo concertado para llegar a soluciones.

La escasez del agua y los desastres relacionados con ésta son cada vez más graves, debido al aumento de la población, la creciente urbanización y el cambio climático global, precisó el titular a la prensa.

El funcionario, quien encabezó la delegación china al VI Foro Mundial del Agua en Marsella, Francia, efectuado del 12 al 17 de marzo último, indicó que a pesar de la constante amenaza de inundaciones y sequías, China ha hecho notables progresos en este sector.

Destacó entre ellos la gestión del agua para el aseguramiento de las cosechas de cereales y la inversión récord de unos 55 mil millones de dólares en proyectos de conservación en 2011.

Una de las metas del gobierno es suministrar agua potable a todos los residentes rurales para el próximo año. En tanto, para el 2020 persigue desarrollar el control de inundaciones y eficaces sistemas de ayuda para la sequía.

El país tiene como planes en el quinquenio 2011-2015 trabajar para garantizar el acceso al agua potable segura a sus residentes, renovar las instalaciones de irrigación clave, prevenir y controlar la erosión del suelo y restablecer ecosistemas deteriorados.

Asimismo, intensificará los esfuerzos por promover la preservación y el uso sostenible del preciado líquido y duplicará su inversión anual media en la preservación hídrica, que en 2010 fue de 200 mil millones de yuanes (cerca de 32 mil millones de dólares).

El ambicioso proyecto Sur-Norte, concebido en 1952 por el entonces líder chino, Mao Zedong, ha generado preocupaciones sobre el uso de la tierra, posibles cambios climáticos, daño ecológico, impacto sobre la agricultura y perjuicios para las personas que deberán ser reubicadas.

Sin embargo, obras hidráulicas como esta merecen más comprensión porque con ellas se trata de aliviar la escasez de un bien natural común para la existencia humana.

Fuente: Beijing (PL).-
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