EDITORIAL

¡¡¡Temblor!!! ¡¡¡Temblor!!! en Oruro, definitivamente desde el fin de semana, los orureños hemos sido testigos de un fenómeno natural que nunca creíamos que se iba a dar en esta parte del territorio boliviano, sin embargo, todos aquellos conceptos, que la Alta Tierra de los Urus no es vulnerable a los sismos por las bocaminas que están en los cerros, quedó desechada.

El reciente domingo todos, pero absolutamente todos sentimos cómo una gran energía avanzaba de Este a Oeste, como si una motoniveladora pasara por debajo de la tierra, hecho que duró cinco segundos, que fueron suficientes para causar miedo y pánico en la ciudadanía, más en unos que en otros, y los pocos no sintieron el movimiento telúrico porque se encontraban en un vehículo o estaban practicando otras actividades con mucho movimiento.

El cambio climático a raíz de la contaminación del planeta, está llevando a una suerte de tener días “negros”, si es que no hacemos algo a tiempo. Si bien los gobiernos potentados no hacen nada por reducir la emisión de gases tóxicos, es hora que nosotros, a través de pequeñas acciones hagamos algo por cambiar el futuro incierto de la casa donde vivimos.

Para ello, debemos trabajar mucho con el cuidado del medio ambiente aspecto que debe comenzar por casa, la basura tiene su lugar y se llama basurero.

Lo mismo debe pasar en las calles, los desechos de los productos que se consumen deben depositarse en los pocos basureros que existen en la ciudad, y si no existen deben llevarse en los bolsillos o dejar en una bolsa para luego botar en el lugar que corresponde, pero no, no hacemos aquello por el erróneo concepto de que se pagan los impuestos y por ello, las señoras de la empresa de aseo de la ciudad deben encargarse de esa tarea.

Un inminente peligro, sin ir lejos es lo que pasa en la zona Sur de la ciudad a un par de kilómetros antes de llegar al lago Uru Uru, allí hay miles y miles de botellas plásticas que forman una especie de alfombra en el piso, el calor que sale de los rayos del sol hace que esas botellas plásticas suenen unas tras otras y la tierra se caliente con intensidad, como si se colocara una lupa para que pase el calor, realmente terrible, ¿hacemos algo al respecto?, la respuesta es sencilla, no.

Porque más estamos empeñados en pelear entre nosotros que dedicarnos a hacer una acción conjunta y solidaria para por lo menos paliar esa situación que con el tiempo solo lograremos la muerte del lago Uru – Uru y mayor contaminación de la ciudad, cuyos olores nauseabundos llegan hasta la capital.

Es hora de reflexionar y pensar que aún estamos a tiempo de cambiar esa situación que podría ser irreversible, reflexionemos y comencemos a trabajar para cuidar la única casa que tenemos, el planeta Tierra.

Fuente: LA PATRIA