Miercoles 07 de septiembre de 2022

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Editorial y opiniones
Indicios de que el gobierno reduzca el gasto público
07 sep 2022
Por: Armando Mariaca V.
Lo que debería ocurrir normalmente: que el gobierno reduzca el gasto público; esta vez debido, al bajo nivel en la recaudación de impuestos, será cierta la medida tan importante. Estaría muy bien que el gobierno, como medida precautoria y para tener tino y mesura en gastos, reduzca periódicamente las partidas presupuestarias sin esperar que haya menor recaudación impositiva. Esa sería medida sana que obligaría a adquirir la costumbre de evitar gastos superfluos a los que ya se tiene costumbre por los gastos dispendiosos y festinatorios en que incurrió el gobierno masista en casi 14 años de gestión anterior.
El gobierno, hasta por muchas experiencias del pasado, sabe que toda prudencia, tino y mesura en los gastos implica éxitos; conoce que los dineros del Estado deben ser administrados con prudencia, que nadie, atenido al poder que tenga, puede disponer el uso legal o arbitrario de medios financieros estatales; tiene conciencia ?? hasta por haber desempeñado importantes funciones en la cartera de economía tiene que recordar simplemente lo que es atenerse a un presupuesto, que las partidas de ingresos y egresos no deben ser manejadas festinatoriamente y que, en lo posible, el rubro de ingresos debe salvaguardarse con el fin de sufragar con ese dinero gastos impensados que, aunque no se crea, pueden presentarse en cualquier momento y a todo régimen.
Así, en pocas palabras, se puede comprender que los presupuestos deben ser manejados con escrupulosidad, honradez, honestidad y sentido de austeridad o ahorro; nadie, por poder legal que tenga o alegue tener, puede disponer lo que no le pertenece y, si así fuese, deberá obrar con el mismo tino como si se tratase de recursos privados o familiares.
El gobierno debe recordar que somos un país pobre y, por ello mismo, ajustar los gastos a lo mínimo; de otro modo se recurre normalmente al préstamo o ampliar obligaciones que debían cumplirse con anterioridad. Esto implica dar lugar a crecimiento de nuestra deuda externa que con intereses y comisiones adquiere siempre proporciones muy grandes. Todo señala que hasta ahora se ha dispuesto ciegamente de recursos del estado bajo la creencia de que podemos cubrir lo adeudado tan solo acudiendo a organismos internacionales de crédito como son el BM y FMI que, de todos modos, tienen también limitaciones para disponer del peculio institucional.