No sólo las canas inspiran respeto

Hace unos días se recordó el Día del Adulto Mayor, y las personas recordaron que en los centros de acogida hay ancianos que fueron abandonados por sus familias y que por eso requieren de la caridad de personas de buen corazón.

Sin embargo, hay adultos mayores que más que regalos desean ser escuchados, tener a quién contarles sus historias incontables veces, sin perder la paciencia, o quizás les lean un libro o el periódico, que les abracen y que pasen tiempo con ellos, pero sobre todo necesitan respeto.

Hay personas mayores que viven en sus casas, por las que trabajaron mucho para poder edificarlas y darles a sus hijos y a los hijos de sus hijos un hogar donde poder vivir y compartir recuerdos, sin embargo, hay un índice alto de adultos mayores que sufren violencia y abusos por parte de sus familiares.

Sin embargo, todos los humanos transitaremos un día el mismo camino, es decir, todos van a envejecer algún día y lo mejor que podemos hacer es respetar a nuestros mayores, darles el trato que querremos recibir cuando lleguemos a la tercera edad, y hacer que vivan una vejez digna.

Sería bueno imitar el ejemplo de Europa, de manera más concreta a España, donde los adultos mayores ponen sus viviendas a disposición de estudiantes jóvenes, quienes a cambio los cuidan, ayudan, acompañan y protegen, ambos se benefician de esa relación que se convierte en una sana amistad de mutua colaboración.

Por otra parte, los que aún están jóvenes deben hacer ejercicio, tener una dieta saludable y mantener la mente lúcida, a través de la lectura y juegos mentales que los mantienen activos, de esa manera, cuando lleguen a la tercera edad estarán activos y lúcidos, y no se sentirán un estorbo, sino que podrán contribuir, con su sabiduría, a las generaciones que vienen atrás.

En cuanto a la violencia, se ha visto que comienza en la niñez, se puede ver en los índices de violencia e infanticidio cometidos por adultos contra los pequeños indefensos, lo peor es que esa violencia es ejercida por quienes están destinados a protegerlos, sus propios padres o familiares.

Esa violencia se repite cuando los niños crecen y se convierte en un círculo vicioso de daño emocional, psicológico y físico, por lo que alguien debe cortar ese ciclo y gestionar sus emociones, por el bien de los que vienen atrás y aprenden con el ejemplo, y así cortar con el maltrato que se repetirá en cualquier edad, mientras haya un débil y un fuerte que quiere demostrar su poder.

Recordemos además, que las canas inspiran respeto, pero también lo hacen la experiencia y la sabiduría de nuestros adultos mayores, aprendamos de ellos lo bueno y repliquemos esos ejemplos de vida en la educación de los más pequeños, cortando de raíz el ciclo nocivo de la violencia y el maltrato.