Siete elementos para interpretar la contramarcha en la defensa al “proceso de cambio”
11 may 2012
Por: Iver Pereira Vásquez
Ante la conflictividad que vive el país y, que tiene su origen en diciembre del pasado año, cuando la dirigencia del MAS que conducen algunos movimientos sociales instauró en el país una agenda de implementación del “proceso de cambio”, frente a la ausencia de programa de Gobierno, de un Plan General de Desarrollo del Estado Plurinacional, el estancamiento con tendencia al retroceso del “proceso de cambio”, del abandono y división del sujeto político histórico encargado de llevar adelante el proceso, del alejamiento del respeto a la Constitución Política del Estado, en la ciudad de Oruro; dos grupos del MAS el pasado 3 de abril de 2012, convocaron a una contra marcha denominada “en defensa del proceso de cambio”, y que por sus características, nos permiten reflexionar de los elementos de contenido cualitativo y cuantitativo de la contra marcha, que puede repetirse en otros lugares del país y que nos enseña un cuadro que se resume en los siguientes elementos de análisis e interrogantes.
Una contramarcha en defensa del proceso de cambio debe interrogarse, ¿está en peligro el proceso de cambio?, ¿Quién es el responsable por su estancamiento con tendencia al retroceso?, ¿Quién o quiénes son los articuladores para poner en riesgo el proceso de cambio? ¿Cuáles son los elementos que hacen pensar que el proceso está en riesgo y con qué se va a sustituir, si el proceso ha cambiado la estructura económica social y política de nuestro país?, ¿La lucha de los médicos por la mantención de las 6 horas de jornada y/o incorporación de las 8 horas de jornada laboral pero bajo la protección de la Ley General del Trabajo, la octava marcha de los indígenas y originarios por la defensa de su territorio y en contra de la carretera que partirá el Tipnis, por la defensa de los derechos colectivos de los Pueblos Indígenas y Originarios, que son los iconos de la presente coyuntura, está interpelando el proceso, para sustituirlo?, ¿la demanda de la COB, por mejores condiciones de vida en la lógica del vivir bien ó simplemente fue una contramarcha que usa como discurso movilizador en torno a la defensa del proceso de cambio, para articular una lucha de pobres contra pobres, de campesinos contra indígenas, de cooperativistas mineros (clase media) con médicos (clase media)?
Una contra marcha comandada por funcionarios públicos; en octubre del año 2003, el gobierno del MNR de Gonzalo Sánchez de Lozada, decidió sacar a los servidores públicos para defender el “proceso democrático”, que no logró convencer al movimiento popular de la manera como se gobernaba el país, fueron estos sectores conservadores en ese tiempo que se movilizaron con pañuelos blancos para defender a Goni y hoy imitando las mismas prácticas del pasado son funcionarios públicos de la Gobernación, de Impuestos Internos, de Migraciones entre otros los que se movilizaron para defender el “proceso de cambio”, se cambió los pañuelos blancos por la wiphala y coincidieron en ser marchas minoritarias, ¿será que por esas actitudes políticas, la gente está desertando del proceso de cambio?
Una contra marcha que convoca a luchar contra el ateísmo, uno de los principales slogans que se difundió en la marcha es que convocan a defender el proceso de cambio contra el ateísmo, el trotskismo, el imperialismo. Quien creerá que desde que el Presidente Morales asumió el poder se declaró marxista leninista y que incorporó un nuevo estilo de jurar y tomar posesión a sus dependientes que no es propiamente la cruz en la mano derecha, símbolo de juramento del cristianismo.
Una contra marcha que convoca al enfrentamiento entre pobres, lo más destacable, es que en la contra marcha se denota gente humilde que no pierde la esperanza en mejores condiciones de vida, azuzados al enfrentamiento contra otros pobres, campesinos de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Oruro (Fsutco) contra los indígenas del Tipnis, que denota que Evo se está quedando con la clase campesina que tiene distinta lógica de lo indígena-originario de ver el mundo, de sus cosmovisiones, de la protección del medio ambiente, etc.
Una contra marcha, contra dirigentes avasalladores, protestaba sin importar el “proceso de cambio” por demandas insatisfechas diarias y sobre los privilegios que aún tienen algunos dirigentes avasalladores de tierras urbano-rurales ubicados principalmente en los barrios periurbanos de la ciudad de Oruro.
Una contra marcha de dos sectores que acuñan a Evo, los campesinos y los cooperativistas mineros fueron los protagonistas con mayor presencia en la débil marcha, claro está que detrás existen los privilegios de los que han gozado estos sectores o más bien sus dirigentes.
Una marcha dividida, dos sectores del Movimiento al Socialismo han sido los protagonistas de una marcha debilitada y que ha visibilizado la pugna por la conducción departamental del MAS, que no son capaces de cohesionar incluso un discurso en torno a los objetivos de la marcha, que convoca a la confrontación, cuando estos debieron haber marchado por el inmediato diálogo y exigir a Evo asumir el rol de no abandonar el proceso de cambio reconduciendo su comportamiento.
(*) Analista
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