Últimamente se han dado algunos pasos interesantes en el proceso de industrialización del sistema productivo nacional, aunque se establece que se trata de un proceso incipiente que necesita de bastante apoyo y sobre todo de la voluntad política que pueda ejercer el Gobierno para encarar decididamente toda una política dirigida a lograr el objetivo de motorizar las ideas y acciones de los bolivianos emprendedores.
Si bien se ha dado algunos pasos en la perspectiva industrial del país, la voluntad oficial se ha centrado en la explotación de recursos naturales no renovables como los hidrocarburos y principalmente el gas y desde hace un tiempo atrás la extracción de hierro en el Mutún y lo más nuevo encarando la transformación del litio de los salares bolivianos para convertirlo en materia prima para la fabricación de baterías y pilas.
Al tratarse de proyectos importantes se hace necesario establecer un conjunto de estrategias que diversifiquen los planes de industrialización a otros rubros que tengan que ver por ejemplo con el procesamiento de otros recursos como la quinua, los camélidos, el ajo u otros productos que merecen atención particular para su crecimiento y rendimiento a favor de la economía de miles de ciudadanos en el caso de nuestro departamento y hay que hablar de los diez millones de habitantes en el país que están pendientes de una real activación del sistema industrial y comercial ahora incipientemente en poco rubros.
Sin embargo, no se trata sólo de entusiasmo o buenos deseos, es urgente que se establezca condiciones financieramente adecuadas, con un buen respaldo tecnológico que sólo se puede lograr a través de la obtención de inversiones de empresas experimentadas en diversos rubros y cuya capacidad de trabajo en nuevos emprendimientos tenga el suficiente respaldo interno y externo, para alcanzar las metas que fuesen propuestas.
No es sencilla la tarea de establecer más industrias, se necesita previamente la preparación de un personal idóneo, altamente capacitado que haga posible el fortalecimiento de las políticas económicas que además se complementen a través del aporte de expertos con innovación tecnológica, pero también intelectual para avanzar en el establecimiento de un Estado industrial.
En el país estamos perdiendo un precioso tiempo en resolver una cadena de problemas, cuyos eslabones parecen herméticamente cerrados por caprichos sectoriales, por soberbia autoritaria de niveles oficiales y por resistencia de afectados a un diálogo abierto y constructivo, situación que altera el sistema productivo actual tan reducido y peor aún, casi paralizado y alterado por los movimientos sociales que ganan las calles y entorpecen las actividades de la industria y el comercio.
Para encarar un proceso de industrialización se requieren algunos elementos claves, como la tranquilidad y seguridad sostenible que permita trabajar en las estrategias del desarrollo, fortificando la industria que significa fuentes de empleo y posibilidades de recibir más divisas para el país y buenos ingresos para las regiones y miles de bolivianos.
Nuestra economía actual es altamente dependiente de los mercados externos debido a la condición de exportadores de materias primas, el paso importante es avanzar hacia la industrialización de nuestros productos para mejorar los parámetros financieros de exportaciones con mejores precios por la venta de materias primas con valor agregado.
Hay que disminuir, hay que eliminar los problemas y revertir la situación para que Bolivia se encamine hacia su industrialización, empezando por garantizar las inversiones en un clima de paz sostenible.
Fuente: La Patria
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