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Domingo 14 de agosto de 2022

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Editorial y opiniones

EDITORIAL

Oruro fue sede de una feria picante

14 ago 2022

Para la realización de estas ferias se tiene que pensar en un lugar que ofrezca comodidad y seguridad, que sea de permanente organización de ferias, para que los productores tengan más oportunidad de mostrar su producción, además del valor agregado que se obtiene de ellos, de esa manera Oruro entraría en una espera positiva de desarrollo productivo

Con la exposición de diversas variedades de ají se realizó ayer la “Feria de la Llajua”, que tenía como objetivo mostrar la variedad de maneras de preparar este manjar picante que brinda la naturaleza, y que en pocos países del globo se usa habitualmente, como en Bolivia, Perú, México y Corea del Sur, que son de los que más suelen apreciar las vainas del llamado ají, locoto o chile.

En México se lo conoce como chile y según la variedad cambia de nombre, como el chile serrano, jalapeño y el chipotle. En Bolivia existe el ají colorado, el amarillo, el locoto, el ajillo y la ulupica.

Con esas variedades de vainas picantes se pueden preparar diversos platillos de la culinaria nacional, o también se pueden usar como aderezo, acompañando diferentes comidas. Lo extraño en Bolivia es que además de tener el picor del ají en ciertas comidas, como en el ají de lengua o el picante de pollo, la gente acostumbra a aumentarle la “llajua”, que es una especie de aderezo picante elaborado principalmente sobre la base de locoto, tomate, sal y a veces se usa quilquiña y aceite para resaltar el sabor.

Este tipo de ferias productivas son interesantes porque permiten dar a conocer a propios y extraños los productos que brinda la madre Tierra y el valor agregado que obtienen los bolivianos de dichas materias primas, que son procesadas para ofrecer al mercado nacional y muchas inclusive ya salen al exterior.

Sería bueno que las ferias además de mostrar los productos propios de cada región vayan rotando, es decir, que sean itinerantes para que además de conocer el lugar del origen de ciertos productos, también estos puedan ser pasados por toda Bolivia, para quienes quizás no tuvieron o no tienen la oportunidad de viajar para conocer las culturas del mismo país, es como hacer turismo gastronómico interno.

Las diferentes ferias, asimismo, ayudan a los productores a obtener ganancias y a expender sus variados productos, y las personas que compran en esas exposiciones saben a dónde acudir cuando buscan determinados artículos.

En Cochabamba, no faltan las ferias, ya que los diversos productos que se cultivan en los valles son expuestos en ellas, como la feria de la Manzana, de la Pera, de la Naranja, del Guarapo, de la Garapiña, del Chicharrón y otras más, que ayudan a los productores a mostrar su producción y a la vez venderla.

Oruro también tiene una enorme variedad de productos, entre materias primas y de valor agregado que mostrar, como la papa, el chuño, la quinua, la phisara, el api, el charquekán, los camélidos y sus derivados, el queso, leche y muchos otros más.

No obstante, para la realización de estas ferias se tiene que pensar en un lugar que ofrezca comodidad y seguridad, que sea de permanente organización de ferias, para que los productores tengan más oportunidad de mostrar su producción, además del valor agregado que se obtiene de ellos, de esa manera Oruro entraría en una espera positiva de desarrollo productivo, mostrando la variedad de lo que produce, ya que la gente cree que sólo se vive de la minería.

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