El cedro milenario, más antiguo que la historia de Bolivia

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Exclusivo para Tu espacio

Postrado cual un soldado, firme, sin que ni siquiera el viento pueda moverlo, aunque solo su cabellera como hacen varias delgadas ramas y centenares de hojas, es testigo mudo de cientos de episodios que Sucre vivió incluso antes de su misma fundación, así es el cedro milenario que luce imponente al interior del convento franciscano de La Recoleta, en el barrio de Santa Ana.

Su tronco, cuyas raíces están abrazadas a la tierra del subsuelo, hacen indestructible su presencia en la faz del planeta. Al margen de alimentarse de sus nutrientes, absorbe el agua subterránea para continuar con vida, quien sabe por cuánto tiempo más.

Se presume que antiguamente en el lugar, había muchos más cedros con sus características, sin embargo, por distintos motivos fueron muriendo y solo él quedó para convertirse en amo y señor de ese espacio.

Si bien no se pudo determinar su edad exacta, se presume que el cedro tiene entre 700 a 800 años de vida y se mantiene firme, sin que nada ni nadie pueda lastimar su enorme estructura.

Los visitantes que llegan allá y si es en grupo, suelen tener la costumbre de abrazarlo, porque existe la creencia de que renueva la energía de las personas. Es una especie de hijo predilecto de Sucre, muy cuidado por los habitantes del convento, quienes se encargan de la limpieza, aunque esa faena, es coordinada también con el gobierno edil de ese municipio.

Estar allí, parado a sus pies, ocasiona en el ser un momento único de emoción que solo se puede sentir con aquellos seres que en su “corteza” guardan la sabiduría de la vida.

Es Periodista de LA PATRIA