Movimiento migrante mueve el crecimiento de la economía

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Sin lugar a dudas, muchas son las empresas industriales del país, que con su producción mueven la economía nacional en diferentes áreas y de acuerdo a las condiciones vigentes distritalmente, desde la producción, comercialización, rentabilidad y opciones de futuro crecimiento, manteniendo la esperanza en la aplicación de un programa nacional de incentivos para fortalecer desde la pequeña industria, la mediana y la grande, en función a los requerimientos de un comercio en general, que está creciendo en el área de la vecindad externa con una mayor demanda de productos alimenticios, entre esos, la quinua boliviana de alto poder nutritivo, y que en la actualidad puede comprarse en los mercados de exportación boliviana, junto a otros alimentos nutritivos.

Hay un inusitado crecimiento, una lógica respuesta a la mayor densidad de una población humana que se expande descontroladamente desde el borde norte sudamericano en busca de ubicación en la nación “maravilla” o finalmente en alguno de la región, mientras se produzca el milagro del

Un fenómeno que lamentablemente cobra su “mayor precio” en personas y hasta familias que piensan en el milagro de “entrar”, no importa como al país maravilla, donde la población está cada vez más saturada y con menos opción de alcanzar objetivos de “felicidad”, es un elemento más distante y de menos opciones para el “soñado cambio de vida”.

En muchos casos la situación de familias ha sido traumatizante, al producirse un desmembramiento del núcleo familiar con resultados nefastos para muchas personas y con la imposibilidad de hacer realidad el “sueño norteamericano”, que más allá de ilusorios proyectos, es sólo una aventura, en la que participan ciudadanos embelesados en un futuro que al ser descubierto en su exacta dimensión, están muy lejos de encontrar la “ciudad maravilla” y más bien se enfrentan con una realidad muy distinta a los cuentos de una mentirosa fantasía.

Sin embargo de esa evidente realidad, el ciclo comercial de migración sigue siendo un negocio de alto movimiento económico a partir de la inversión que se haga familiarmente y de las condiciones que se presenten para lanzar todo lo que se tenga a cambio de lo poco que pueda obtenerse para comenzar una aventura de mucho riego y demasiada esperanza en un proyecto que no depende de “uno mismo”, al contrario de mucha gente que puede o no salvar el precio de una aventurada intención de forzada sobrevivencia.

Lo cierto es que dadas las condiciones “favorablemente” presentadas en muchos países que lanzaron su anzuelo, hay un largo proceso para rescatar a esa ingenua población en busca del sueño acariciado que en los hechos es sólo efecto de una fantasía…que como tal, se desvanece ante la realidad de las economías vigentes, allí donde las apariencias engañan la inocencia de mucha gente que en busca de placentera actividad cae en el numeroso contingente de los migrantes desocupados, obligados a trabajar como supernumerarios en condiciones desventajosas, aún siendo profesionales que abandonaron trabajos fijos en pos del “sueño americano”.

Sea cual fuese la situación, el proceso de migración genera un inusitado movimiento que se anota como utilidad para los encargados de atender a los migrantes, mientras estos últimos, anotan como resta de sus ahorros aquella inversión de ilusionado futuro, que no es parte real de la experiencia de una migración con pérdidas y reducidas posibilidades de recuperación, pero en los hechos el negocio mueve dinero, enriquece a muchos y empobrece más a ilusos buscadores del ansiado empleo en un país desconocido.

En ese sentido analistas de este complejo problema, coinciden empero en el hecho de reconocer que la migración de ciudadanos latinoamericanos hacia el país del norte, es una veta económica que produce mucho movimiento y por supuesto iguales utilidades para quienes se han instalado en las fronteras y aeropuertos operando como “guías de turismo” y cobrando el derecho de pase fronterizo para centenares de latinos que “pasarán”, pero no volverán.

Esa es la realidad del proceso de migración, convertido en un creciente negocio que favorece a los empeñosos funcionarios que hacen posible el paso de la línea migratoria que aumenta la población en el rico país del norte y disminuye la proveniente de países donde todavía no se impone la riqueza.