Evo Morales pretende garantizar todos los derechos y libertades del ciudadano boliviano, olvidándose que la base de todas las libertades es la libertad de expresión, que en estos últimos años ha estado amenazada y coartada, disque con el proyecto de una nueva ley de comunicaciones que regule a los medios de información.
Hoy en el Día del Periodista boliviano, decretado el año 1938, bajo la presidencia de Germán Busch, cuando se puso en vigencia una ley de pensiones y jubilaciones para los periodistas, hecho que tuvo impacto debido a la oposición de las empresas editoriales, en los años posteriores a la Guerra del Chaco. A partir de entonces la Asociación de Periodistas de La Paz planteó la celebración de esta fecha como Día del Periodista.
El periodismo es sinónimo de servicio, dicho compromiso es con la sociedad no con un grupo sectorial, a lo largo de la historia del periodismo en Bolivia se fueron destacando muchos, pero también hubo algunos que fueron desvirtuando la labor.
Dicha profesión invita a los periodistas a trabajar documentando y comprobando lo sucedido, para presentar una información equilibrada y responsable. Esta profesión se convierte rápidamente en instrumento de confrontación, y en lugar de buscar la calma y la paz, da lugar al sensacionalismo, que contribuye a las agresiones y tergiversación de los hechos.
Un periodista que emite, difunde y publica todo lo que dice el Relacionista Público de una institución y/o empresa, lo que dice el boletín informativo o las notas de prensa, debería buscar otra profesión y dedicarse a ser mensajero de los intereses de ese sector, la riqueza de esta profesión está en indagar y encontrar aquello que aparentemente nadie ve.
Esa inigualable búsqueda de la verdad, ha traído consecuencias muy desagradables para algunos periodistas, como agresiones físicas, amenazas, persecuciones, amparos, notificaciones judiciales, y otros que atemorizan y pretenden acallar a la prensa, pero el orgullo y placer de demostrar con una nota la verdad, se antepone a esas medidas de mordaza.
Ser periodista no es fácil, salir a la calle y cuestionar y tomar el micrófono, la reportera y las cámaras, como instrumentos de poder, no es periodismo. Un periodista sabe que se debe al lector, al oyente o televidente, y no a su medio, no los empresarios y menos a los políticos que están en el poder.
“Nuestra sociedad cambiará cuando cambie el periodismo”, eso depende de lo que se quiera hacer con esta profesión tan noble, que no busca réditos, pero que desde el anonimato de las letras de un periódico, de las ondas de la radio, y de las imágenes televisivas, busca día a día aportar con mejorar la sociedad, ayudar a los desposeídos, defender los derechos de los ciudadanos, acusar hechos irregulares, y lo más importante comunicar diariamente la verdad.
(*) Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social
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