En una conferencia, el periodista, licenciado Andrés Gómez, decía que: "los abogados encarcelan sus errores, los médicos entierran sus errores; los periodistas son los únicos que publican sus errores". Estas palabras nos obligan a realizar un análisis de la labor periodística boliviana, con el afán de ir orientando nuestro trabajo en bien de la sociedad a la que nos debemos.
El mismo periodista, dice que la sociedad debe gobernar a los medios y no los medios a la sociedad, ciertamente, esto que parece una utopía debía convertirse en una realidad, en la medida en que la sociedad participe de la convivencia, de las responsabilidades y de la información, a través de un diálogo fraterno entre medios de difusión social y los involucrados en la labor de no sólo y únicamente informar por la información, sino en la búsqueda de la educación integral del individuo, como persona, miembro y servidor de la sociedad.
Para esto, los dos elementos de la deontología que son los derechos y los deberes de los miembros de una sociedad, dan lugar (y debieran dar siempre) a una reflexión moral y ética, de todas las personas, sean o no profesionales en sus labores diarias, en el trabajo cotidiano, y obviamente en las funciones periodísticas del quehacer diario.
Otro escritor, Owen Fiss, indica que: "(...) Durante más de doscientos años, en los Estados Unidos los periódicos han sido de propiedad privada, y ha existido propiedad privada de radio y televisión tan pronto estas tecnologías aparecieron. (...)". Por esto - indica - "En definitiva, (la prensa de propiedad privada), quiere obtener un beneficio, y sus decisiones acerca de qué debe ser objeto de información y cómo debe informarse están determinadas en gran medida por este deseo".
Sin embargo, existen medios de difusión e información social, que siendo privados tienen condiciones para servir informando, aunque, como dice el autor del libro que mencionamos, "en varios pasajes de la historia boliviana, la industria de la información, cimentada sobre la propiedad privada, perjudica (ó) el bien colectivo y no cumplió una función social".
Por su parte - dice- "el Estado (...) (debiera) mantener la convivencia de las personas bajo los principios democráticos de libertad, justicia, solidaridad, seguridad e igualdad".
En este diez de mayo, los periodistas estamos obligados a "construir una sociedad soberana, tomando como pilar filosófico la ecuación que sostiene que una buena información genera un buen juicio, un buen juicio una buena decisión social y una buena decisión social construye una sociedad soberana".
Con el mayor respeto a todos los periodistas que hacen de su labor sacrificada, el bastión del desarrollo y una siempre esperada tranquilidad, puesto que el equilibrio (muy difícil por cierto), de la información, nos permitirá mejorar nuestra autoestima, la autonomía y el autocontrol, para pensar no solamente en el "Yo", sino también en el "Otro".
(*) Periodista y docente universitario
Bibliografía: Mediopoder. Gómez Vela Andrés. Editorial: Gente Común. La Paz. Bolivia. 2006.
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