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La pesadilla de Vinto - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 07 de agosto de 2022

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Revista Dominical

La pesadilla de Vinto

07 ago 2022

Fuente: Periodista LA PATRIA

La empresa en su nacimiento era autárquica, autogestionaria, autónoma y autosostenible, ahora no tiene capital de arranque

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Por: Dehymar Antezana

La historia de la metalurgia en Bolivia, está escrita en medio de traiciones, triunfos, alegrías, tristezas, intereses personales o grupales, dejando de lado los verdaderos propósitos de establecer un cimiento económico que sea el sostén de todo el país. Esta situación no cambió mucho a la fecha.

El primer intento de formar una empresa metalúrgica en territorio nacional, ocurrió luego del viaje de Ismael Montes a París, en ese entonces, era ministro plenipotenciario en 1913. Cuando todo parecía marchar a buen puerto, el proyecto se truncó por la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

En esa época de manera simultánea reinaba el poder de tres personas, calificados como los “barones del estaño”. Mauricio Hochschild, Simón I. Patiño y Carlos Víctor Aramayo.

Patiño trasladaba el estaño para fundirlo en la metalúrgica Williams Harvey en Liverpool Inglaterra, del cual se convertiría primero accionista y luego dueño, en 1929. Poco o casi nada en esa época se priorizó o pensaba construir una fundidora en el país.

Tuvo que pasar la Guerra del Chaco (1932-1935) para pensar en una empresa de esas características, para ello, aparecieron tres personajes que se encargarían de escribir la historia metalúrgica de Bolivia.

Ellos fueron, el entonces gerente del Banco Minero de Bolivia, José Núñez Rosales; el contratado de Rosales, el ucraniano y especialista en metalurgia, Jorge Salezki, y el chuquisaqueño, Mariano Peró, quien adquirió experiencia en Chile, tras trabajar en una función de bismuto.

Fue Oruro el sitio elegido para establecer un ingenio de concentración, dejando atrás a Potosí y Huanuni. El lugar para la construcción fue Agua de Castilla, zona Sur de la Capital del Folklore de Bolivia, obra iniciada en mayo de 1937. Luego de concretar el proyecto, los primeros dos lingotes fueron entregados al Presidente Gualberto Villarroel, quien admiró la proeza de Peró. Sin embargo, días después, el mandatario fue ahorcado en la plaza Murillo de La Paz, el 21 de julio de 1946, dejando en suspenso la producción.

En 1955, después de la Revolución del 9 de Abril de 1952, se fundó en el mismo lugar, la Fundición de Estaño Oruro S.A, conocida como Funestaño, fue obra de Peró, se hacía realidad el sueño de casi 20 años, sin embargo, de por medio siempre se manifestaron intereses para hacer fracasar el proyecto, pero en ese entonces se mostró que era posible instalar en el país hornos de fundición. Peró falleció en 1964.

VINTO

Posteriormente, el sentir de los trabajadores mineros de Bolivia, era tener una fundición de estaño, quienes incluso estaban dispuestos a aportar de sus salarios, para una empresa de esas características.

En 1966, el Presidente Alfredo Ovando Candia emite un decreto en julio de ese año, para la creación de la Empresa Nacional de Fundiciones (ENAF) en la zona de Vinto a 7.5 kilómetros al Este de la ciudad de Oruro, cuyas operaciones se iniciaron el 9 de enero de 1971, durante el gobierno de Juan José Torrez.

Era una empresa autárquica, autogestionaria, autónoma y autosostenible, sin embargo, todas esas características se diluyeron cuando pasó a formar parte de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), según refiere Sergio Almaráz Paz en su libro “El poder y la caída”.

PRIVATIZACIÓN

Luego de la relocalización de las minas, no solo los mineros serían los afectados, sino también los trabajadores metalurgistas y obviamente ENAF sufriría las consecuencias de un modelo económico neoliberal, con el establecimiento del Decreto Supremo 21060 del 29 de agosto de 1985, durante el último Gobierno de Víctor Paz Estenssoro.

Hasta el 31 de agosto de 1988, fueron relocalizados 1.548 trabajadores metalurgistas de 2.090 que eran parte de la empresa.

Seis años después, el 21 marzo de 1994, se emite la Ley de Capitalización y ENAF, ya con el nombre de la Empresa Metalúrgica Vinto (EMV), estaba en la mira.

El 20 de diciembre de 1999, finalmente se consolidó ese propósito cuando es transferida a la transnacional Allied Deals por el monto de 14.7 millones de dólares, cuando el costo total en ese entonces era de 140 millones de dólares.

Más tarde, la empresa es declarada en quiebra, lo que origina la intervención del Gobierno Inglés y delega a empresa liquidadora Grand Thorthón, con el objetivo de cerrar operaciones.

El 2002, Vinto es transferida por seis millones de dólares a la Compañía Edel del Sur (Comsur) de propiedad de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien asumió la Presidencia de Bolivia el 4 de agosto de 2002, pero su Gobierno solo duró hasta octubre del año siguiente, cuando huyó del país.

Tras su caída, aparece en escena la transnacional suiza Glencore, que anunció adjudicarse la empresa de Vinto.

NACIONALIZACIÓN

El proceso de nacionalización de la Empresa Metalúrgica Vinto ocurrió el 7 de febrero de 2007, durante la presidencia de Evo Morales Ayma. Fue sustentada con el Decreto Supremo 29026 con un artículo único y dos parágrafos:

Se revierte al dominio del Estado boliviano el Complejo Metalúrgico Vinto, con todos sus activos actuales, disponiendo que la Empresa Metalúrgica Vinto asuma de inmediato el control administrativo, técnico, jurídico y financiero de acuerdo al Artículo 77 del Decreto Supremo Nº 28631 de 8 de marzo de 2006 - Reglamento a la Ley de Organización del Poder Ejecutivo.

La Empresa Metalúrgica Vinto a través de sus ejecutivos dispondrá las auditorias financieras, técnicas y jurídicas que determinen las responsabilidades de ley.

DECRETO

Sin embargo y cuando aparentemente sería la salida del sol para Vinto, pues, la pesadilla continuaría.

En el decreto de Morales, solo se menciona una reversión al Estado boliviano de la EMV, sin tomar en cuenta el capital de operación que requiere para un reinicio de operaciones, es decir, que la empresa nacionalizada no tiene un capital de arranque para la compra de concentrados de estaño (materia prima), de los proveedores mineros.

Debido a esa situación es que la empresa, en forma constante, a partir de aquel año a la fecha, subsiste por la venta de lingotes de estaño, ya que no tiene un capital propio de rotación y debe mantenerse de la compra de concentrados y venta de lingotes, que durante el proceso productivo demora entre 45 a 60 días en convertir el concentrado de estaño en lingotes.

Ese hecho ocasiona de manera permanente, el arrastre de una deuda con los proveedores mineros de aproximadamente dos meses, porque debe cumplir el circuito mencionado.

La situación comenzó a ponerse difícil desde el 2007, aunque no tan cruda entre el 2007 al 2015. Entre el 2007 al 2011, la EMV compraba los concentrados a Huanuni, cuyo monto de deuda ascendió en ese periodo de años de 13.8 a 28.8 millones de dólares.

A partir del 2012, Huanuni ya no es el único proveedor minero, se unió Colquiri. En el 2013, se registró un año duro, ya que la deuda en total fue de 50.8 millones de dólares, pero ese monto se logra reducir a 31.1 millones de dólares hasta el 2015.

La etapa crítica comenzó a partir del 2016, cuando la deuda de Vinto a ambas empresas mineras crece ostensiblemente, entre ese año al 2020, subió de 54.2 a 84 millones de dólares.

La crisis política en el país durante el 2019 y la crisis epidemiológica a consecuencia de la pandemia por el Covid-19, agravaron el estado económico de la empresa metalúrgica. Llegó la deuda en el 221, a 116.2 millones de dólares.

Sin embargo, a la fecha y pese a las dificultades políticas, sindicales y económicas la deuda a Colquiri y Huanuni se redujo a 92.1 millones de dólares. Aún se adeuda 58.7 millones a Huanuni y 33.4 millones a Colquiri, según datos obtenidos por LA PATRIA.

SITUACIÓN

En reiteradas ocasiones los actores mineros, como dirigentes sindicales, señalaron que la EMV es una entidad del Estado que estaría en quiebra e incluso, en el caso de la dirigencia de Huanuni se estableció una propuesta de hacerse cargo de Vinto, ya que según los sindicalistas tendrían los recursos suficientes para llevar adelante a esta empresa.

Sin embargo, los datos estadísticos muestran una situación totalmente diferente y que la EMV goza de un “respiro económico”, cuya diferencia a favor es de aproximadamente 26 millones de dólares.

La discusión permanente en este tiempo precedente es la deuda de Vinto a Colquiri y Huanuni, que fue categorizada en dos aspectos: la deuda antigua o histórica es la considerada de gestiones pasadas, es decir, de 2021 hacia atrás; y la deuda actual, que es a consecuencia de la entrega de concentrados realizados durante cada mes.

DEUDA ACTUAL

La deuda actual con la Empresa Minera Colquiri (EMC), es de 8.6 millones de dólares, es decir, a julio de 2022. A diciembre de 2021, la deuda oscilaba en 19.7 millones de dólares.

En el caso de la deuda actual con la Empresa Minera Huanuni (EMH), es de 48 millones de dólares, a julio de este año. A diciembre de 2021, el adeudo era de 49.2 millones de dólares, según datos oficiales conseguidos por LA PATRIA.

Un dato para tomar en cuenta, es que desde octubre de 2020 a la fecha se pagó en total a los dos proveedores 429.4 millones de dólares, de los cuales Huanuni recibió 355.4 y Colquiri 94 millones, siempre en dólares.

Otro detalle para subrayar es que el promedio de compra de concentrados de estaño a Huanuni es de 24 millones de dólares mensual, lo que origina una deuda en un periodo de un mes y 20 días; mientras que con Colquiri el periodo de deuda es de tan solo un mes porque el promedio es de ocho millones de dólares mensuales.

En la reciente administración de Vinto que data de octubre de 2021, se tiene datos de ese mes a junio de 2022, en la que se nota una reducción de la deuda actual de aproximadamente 17 millones de dólares, es decir, de 57.7 a 40.8 millones, con Huanuni.

En el caso de Colquiri, hubo una reducción de la deuda actual, es decir, de octubre de 2021 a junio de 2022, de 19.3 a 7.1 millones.

En un informe anterior de julio de este año, ofrecido por la actual administración durante una conferencia de prensa en La Cabaña de Vinto, se indicó que los factores de reducir la deuda fueron por el incremento en la producción en el 2021, como en el primer semestre de 2022.

DEUDA ANTERIOR

En lo referente a la deuda anterior, se tienen datos desde el 2007, cuando la EMV fue nacionalizada.

Según los cuadros estadísticos desde el 2007 al 2020, hay un promedio de endeudamiento de 25.85 millones de dólares con la Empresa Minera Huanuni; con la Empresa Minera Colquiri el promedio de endeudamiento es de 24.26 millones. Tomando en cuenta el promedio total con ambas empresas el resultado es de 41.45 millones.

LA PATRIA intentó comunicarse tanto con el Gerente de la Empresa Metalúrgica Vinto, Edwin Condori, como el ministro de Minería, Ramiro Villavicencio para conocer detalles de estos documentos, sin embargo, no se tuvo respuesta.

SALDOS

Por otro lado, según datos investigados por LA PATRIA, los saldos a favor que tiene Huanuni en el Banco Unión, es de 471.4 millones de bolivianos; mientras que Colquiri tiene 356.8 millones de bolivianos.

ARBITRAJE

En la mira se viene el resultado del arbitraje de Glencore y el Estado boliviano sobre la nacionalización de la Empresa Metalúrgica Vinto, cuyo costo de expropiación se aproxima a los 650 millones de dólares, sin embargo, será otra historia contada más adelante…

Fuente: Periodista LA PATRIA
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