Torre de la Catedral se restaura con inversión extranjera

Al parecer a los orureños no les interesa mucho preservar su cultura, tradiciones y menos sus monumentos arquitectónicos, ya que se tiene al teatro Palais Concert, al edificio del Correo y Telégrafos en muy mal estado, además de muchas casas y otros edificios que fueron derruidos para construir en su lugar otras edificaciones “modernas”.

Es cierto que el reloj de la Catedral fue puesto en funcionamiento hace años con el apoyo de los socios del Rotary Club Oruro, pero necesitó una nueva reparación y también lo requirieron la Torre del campanario y su campana que tañó, hace años, para anunciar importantes hechos históricos.

La gran campana en la Torre de la Catedral se instaló en 1638. Su repique se podía escuchar hasta Paria y Sora Sora, a más de veinte kilómetros de distancia. Pero cuando la ciudad creció ya no se escuchó tan fuerte.

El Fondo de Preservación Cultural de Estados Unidos, eligió a Bolivia entre los 31 proyectos de preservación histórica patrimonial en todo el mundo, y con éste fue favorecida la ciudad de Oruro, donde se prevé mejorar el flujo turístico a partir de la restauración de este tipo de monumentos.

“Con un apoyo financiero de casi $us 72.000, el proyecto restauró el reloj, la campana y el campanario de la Catedral de Oruro del siglo XIX, la pieza central icónica del horizonte histórico de la ciudad. Los pisos del campanario, la campana y el mecanismo de repique de la campana se habían deteriorado mucho y necesitaban una restauración completa, al igual que el reloj que no había funcionado durante los últimos 20 años”, según un boletín de la Embajada de Estados Unidos difundido en parte por Página Siete.

Así como el campanario de la Catedral fue restaurado por un programa de la Embajada de Estados Unidos, sería bueno presentar como proyecto de restauración el edificio del Correo, ya que siendo patrimonial está cayéndose a pedazos y al parecer a las autoridades no les importa en lo más mínimo, y entre la sociedad civil que antaño estaba organizada en instituciones de prestigio como la Sociedad 10 de Febrero, el Comité Cívico y otras, ahora no se preocupan, ni alzan la voz ante los destrozos que sufre el patrimonio arquitectónico de Oruro.

La sociedad civil debe reorganizarse para exigir proyectos de interés común y no solamente esperar que se construyan cosas nuevas, sino restaurar y reparar el patrimonio cultural de la ciudad o del departamento, no se debe pensar solamente que tenemos edificaciones viejas, sino edificaciones de gran valor histórico, que retratan y recuerdan la gloria orureña, y recurrir a la inversión nacional o extranjera.