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Domingo 24 de julio de 2022

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Editorial y opiniones

EDITORIAL

Violencia “tropical” contra policías y civiles

24 jul 2022

Es necesario y urgente que, en los casos mencionados, la justicia actúe rápidamente, más aún cuando uno de los uniformados tuvo que ser internado en terapia intensiva, lo que hace ver la violencia y la fuerza con la que atacaron los comunarios de Shinaota para defender a dos personas que traficaban droga

Ayer se reportaron dos hechos en el trópico, tanto de Cochabamba como en Santa Cruz, en que policías y civiles fueron atacados, si bien son hechos aislados, en ambos están involucrados ciudadanos que se dedican al cultivo de la coca y llaman la atención por la ubicación geográfica en que ocurrieron, además que a ambos casos se los puede calificar como delitos.

Uno de ellos tiene que ver con encubrimiento al narcotráfico, ya que cinco policías fueron emboscados luego de que interceptaron a dos mujeres que portaban 70 ladrillos de pasta base de cocaína. Los civiles de Shinaota golpearon a los uniformados, además que les robaron sus armas, celulares y billeteras, lo cual no es un delito menor.

En el otro caso, cerca de Las Londras, según denunciaron los campesinos, dueños de los predios avasallados, los mismos, llamados interculturales de San Julián, que secuestraron a periodistas, policías y civiles en octubre de 2021, ocuparon sus tierras, tomando rehenes, y también se dijo que están armados nuevamente.

Por supuesto, este caso alarma porque el único imputado por ese hecho del pasado año, fue beneficiado con detención domiciliaria, además que se negaron los hechos en un principio y luego se detuvo a quien encañonó con un arma de fuego a uno de los periodistas que lo captó con su cámara. La toma de tierras ajenas es otro delito grave, más aún si se realiza con violencia, se retiene a personas, tal como ocurrió de nuevo según el denunciante.

Es claro que, en ambos casos, además de que el denominador común fue la violencia, también tuvieron la coincidencia en que ambos presentaron una serie de delitos por los que los perpetradores deben ser imputados, detenidos y quizás hasta sentenciados, pero nuestra justicia demostró una vez más ser ineficiente y corrupta al beneficiar a un hombre que amenaza a otro con un arma de fuego, con detención domiciliaria, cuando debería estar pagando una condena en la cárcel.

Así como actuó de rápido la justicia para encarcelar a tres marchistas, por protestar o por cometer hechos vandálicos, debería hacerlo contra delitos tipificados por el Código Penal y por la Constitución Política del Estado, para encerrar a los culpables, que, aunque sean civiles y apoyen al gobierno, cometieron no sólo errores sino “delitos”, que es más grave.

Si se sigue liberando a personas que cometen delitos, no se podrá avanzar hacia un Estado democrático, libre de delincuentes y de corrupción, y el país seguirá sumido en la pobreza, la desesperanza y el miedo.

Es necesario y urgente que, en los casos mencionados, la justicia actúe rápidamente, más aún cuando uno de los uniformados tuvo que ser internado en terapia intensiva, lo que hace ver la violencia y la fuerza con la que atacaron los comunarios de Shinaota para defender a dos personas que traficaban droga.

Por otra parte, los policías además de mostrar una mala imagen por los casos de corrupción hallados entre sus filas, están perdiendo el respeto de los civiles que los atacan y masacran cuando quieren, las operaciones policiales deben ser mejor planificadas y tener refuerzos cuando las cosas se salen de control, sin embargo, se debe mejorar la educación desde el colegio, para que cuando esos niños sean adultos no cometan los mismos errores y delitos que presenciamos en la actualidad.

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