Miercoles 20 de julio de 2022

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Aunque el presente epígrafe pareciera rotular una novela de ciencia ficción, su contenido, a más de recordarnos un trago universalmente conocido, también nos evoca el sistema político que defiende la soberanía de los pueblos y el derecho de éstos a elegir y controlar a sus gobernantes, situación más que utópica en la actual isla caribeña de la fantasía comunista, donde esas consignas y lemas, si bien contienen un alto poder distractivo, no mitigan el hambre de sus pueblos y, lo peor, les ocluyen toda abertura hacia la libertad, domesticándolos hasta convertirlos en una deplorable chusma, sin voluntad propia.
Es el caso de ese manido eslogan: “Patria o Muerte Venceremos”, convertido en una cansina letanía que se universalizó, sólo hasta el instante de ser puesta en práctica, cuando se estableció que la única que murió fue la Patria; sus asesinos huyeron, o murieron de viejos y los sobrevividores, en plan de víctimas, hoy se dan a la tarea de recrear nuevos lemas, basados en un trillado y ficticio embargo.
Entretanto, como era de preverse, multitudes descontentas con el régimen de las consignas, expresando las suyas propias: “Tenemos hambre”, “Abajo la dictadura” y “Libertad”, eran los gritos de millares de cubanos que se manifestaron hace una semana en la Habana y otras cuarenta ciudades, arrojando un saldo de muertos; centenares de heridos y más de 380 detenidos, condenados por los delitos de sedición, sabotaje, robo con fuerza, violencia, atentado, desacato y desórdenes públicos, algunos con penas de hasta 25 años de prisión, y que será recordada como la movilización social más grande en la isla del embrujo comunista, desde la Revolución liderada por Fidel Castro en 1959.