César Requena: Un alma nacida para la música

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César Requena encontró a su compañero de vida casi por casualidad, sin embargo, desde que el charango llegó a su vida cuando era solo un niño, no se separaron desde entonces, y juntos emprendieron un camino artístico lleno de éxitos, experiencias y aprendizajes.

Cuando él solo tenía 13 años, el pequeño pueblo de Coipasa fue testigo de cómo conoció el charango por primera vez, gracias a la exigencia de su profesor de música que les pidió a sus alumnos traer un instrumento a la clase.

“Ahí comencé mi carrera musical, casi de manera casual”, declaró el experimentado charanguista.

Ya en la ciudad, su amor por la música no hizo más que crecer, pues estando aún en el colegio ingresó a su primer grupo musical llamado “Vientos Andinos”, con ellos participó de numerosos festivales y cosechó sus primeros triunfos con primeros lugares y otros premios.

“El 2008 fue como un antes y un después para mí, porque yo no veía la música como algo serio, hasta que gané estos dos premios que me incentivaron a seguir ya no como hobby, sino como algo formal”, recordó el artista.

En ese punto de su vida, se vio en la encrucijada de dedicarse 100 por ciento a las artes o estudiar una carrera técnica o más “convencional”, el apoyo total de sus padres terminó de convencerlo para inclinarse definitivamente a la música, hasta el punto de ser su única prioridad actualmente.

Diferentes agrupaciones lo ayudaron a consolidar su papel como charanguista experimentado: Yawarmanta, El Takesi y Sayanta son solo algunos de ellos. No obstante, su llegada a Pasión Andina en 2012 fue el gran paso que, según él, lo ayudó a madurar mucho como artista, e incluso como persona.

Junto con ellos grabó dos materiales discográficos: “Escúchame” y “15 años con la voz del corazón”; además, tuvo la oportunidad de subirse al escenario de Viña del Mar en 2015, festival mundialmente conocido y en el que tuvo el honor de representar a Bolivia.

Sin embargo, César estaba destinado a lograr cosas incluso más grandes, en 2018 tuvo la oportunidad de viajar junto con el centro cultural Ayopayamanta a Europa, la grabación de su primer disco como solista le dio esta oportunidad. En un recorrido por Alemania, Francia, España, Austria y Eslovenia, Cesar realizó conciertos con grupos y como solista, brindó musicoterapia y mostró el charango en el viejo continente.

Su inquietud por la música no se estancó simplemente en la interpretación de un instrumento, motivado siempre por crecer estableció su propio estudio de grabación y posteriormente se expandió a la producción audiovisual; actualmente estas aptitudes no son solo en beneficio propio, pues muchos artistas los buscan para producir su material.

Además, rompiendo el estigma de que la música y la profesionalidad no van de la mano, Cesar obtuvo recientemente su licenciatura en música de la Escuela Boliviana Internacional de Música.

“Creo que ahora mi vida en general se debe a la música, me dedico prácticamente el 100 por ciento a ella”, manifestó el charanguista.

PROYECTOS FUTUROS

Uno de sus proyectos más ambiciosos está previsto para el mes de octubre, en el que pretende reunir a un conglomerado de charanguistas reconocidos para interpretar su composición “Aiquile, capital mundial del charango”. Con la participación confirmada de maestros como Ariel Villazón y Saul Callejas, Cesar pretende que muchos más artistas se animen a ser parte de este trabajo, que tiene la finalidad de realzar la variedad de intérpretes de calidad que tiene Bolivia.

LA TRAGEDIA

Lamentablemente, la carrera del charanguista está actualmente en pausa debido a un accidente que sufrió hace un mes, la fractura en un dedo de su mano derecha hizo que pase por un quirófano, y aunque salió de la intervención con éxito, aún le espera un proceso largo de recuperación para poder reestablecer el ritmo de ejecución del instrumento al que estaba acostumbrado.

Este accidente truncó otro de sus proyectos, la producción de un disco tributo a Michael Jackson, sin embargo, César mostró su emoción por retomar este trabajo en cuanto su recuperación se lo permita.