Cuando las calaminas se vuelven calles

De manera reciente se anunció la apertura de la calle Adolfo Mier por inmediaciones del Mercado Campero, donde otrora fueran oficinas de la aduana Nacional, el proyecto suena bien, ayudaría a descongestionar esta parte de la ciudad, donde se forma congestionamiento de gente y vehículos.

El pero de este proyecto es que se busca abrir una nueva vía, sin embargo las que hay se encuentran bastante descuidadas, excepto en inmediaciones de la Ranchería y del Parque de la Unión Nacional, que de manera reciente fueron resaltadas, y se siente totalmente la diferencia.

Otras calles, sin embargo, están tan mal que pareciera que se prepararon para correr un rally como el Dakar, porque, o están llenas de huecos, lomas o baches, algunas ya llegaron al colmo y no hay quien se ocupe de mejorarlas, puesto que las autoridades municipales se estaban encargando, llevando cuadrillas de obreros, pero la labor se detuvo luego de arreglar unas cuantas calles.

Por otra parte, al menos en barrios de reciente creación, donde aún hay calles de tierra o grava, se debe planificar el tendido eléctrico, de comunicación y de cable, sea fibra óptica o de cualquier tipo, por debajo de las calles, porque por la vía aérea se forma una contaminación visual tremenda.

Por otra parte, se debe tomar en cuenta la construcción del Mercado Central, pues, al abrir la calle Adolfo Mier se tendrá que reubicar a muchos comerciantes, y qué mejor si se los coloca en puestos bien organizados dentro de un moderno centro de abasto.

Sin embargo, se debe capacitar y reflexionar a los comerciantes que están tan acostumbrados a vender en la vía pública que los mercados construidos en las diferentes zonas de la ciudad están funcionando como depósitos y teniendo muchas casetas están desiertas y la gente sigue acomodándose en la calle para expender sus productos.

El mercado Evo Morales es un claro ejemplo, alrededor las casetas están tan llenas que se debe ocupar la acera y parte de la calzada para exponer los productos, sin embargo, en el interior del mercado las casetas o están cerradas o son usadas como depósitos.

La misma situación se repite en otros mercados, en los que además existen pugnas internas entre los comerciantes, y son escasas las casetas que se ocupan, mientras que más de la mitad permanecen vacías y cerradas, como es el caso del mercado de Incapozo y sin ir lejos del mismo mercado Campero.

Las autoridades ediles tienen una ardua tarea en el reordenamiento de los centros de abasto, mejorando las calles y reubicando a cientos de comerciantes que le ganan terreno a la calzada en lugar de permanecer organizados y más cómodos, además con mayor seguridad en los centros construidos específicamente para ese fin, si se mejora en los tres aspectos se tendrá una urbe limpia y ordenada, es decir, un mejor lugar para vivir.