Narcovínculos que dañan la imagen del MAS

Además de la pugna interna que existe en el partido de Gobierno, aunque sus principales líderes las han negado, existen algunas personas vinculadas al narcotráfico, que están dañando la imagen del Movimiento Al Socialismo, MAS, según denuncias de los propios masistas disidentes, que han sido calificados hasta de “enfermos mentales” por los agravios hacia su propio partido.

En un intento de mostrar unidad dentro del partido, el Presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora y el exmandatario, Evo Morales aparecieron juntos en el Chapare, para relanzar la convocatoria a los juegos estudiantiles, que en la gestión de Morales llevaban su nombre.

No obstante, en días recientes, el diputado Rolando Cuéllar, llamó a conferencia de prensa para mostrar una carta en la que el actual vicepresidente del partido azul agradece al llamado “Chapo del Sur”, el narcotraficante, Miguel Ángel Salazar Yavi, cuyo nombre real es José Miguel Farfán, por el presunto financiamiento que habría recibido la tienda política para sus campañas desde 2014.

El sindicado de haber escrito la carta, Gerardo García, negó tener vínculos con el narcotraficante y aseguró que se trata de una carta falsa. Mientras que el también diputado oficialista, Héctor Arce, aseguró que Cuéllar está resentido porque fue expulsado del instrumento político, y lo llamó enfermo mental por el daño que estaría haciendo al MAS con sus denuncias.

Sin embargo, no sería la primera vez que se vincula a narcotraficantes con el actual partido de Gobierno, muchos cayeron en flagrancia y fueron extraditados a Estados Unidos, algunos de ellos jefes policiales, y aunque el mismo Morales negó tener vínculos con esas personas, existen fotos en las que están compartiendo momentos de esparcimiento.

Cuando en el Chapare existen fábricas de cocaína, y han sido encontradas, inclusive hace unos meses jóvenes “pisacocas” mostraron orgullosos su actividad, a través de la red social TikTok, es difícil pensar que sus dirigentes, también cocaleros o excocaleros, que no formen parte del partido azul, y que muchos de ellos no sean narcotraficantes.

Lo que sí puede ayudar a limpiar la imagen del Gobierno y de su partido, es que a aquellos que se atrape en flagrancia se aplique la ley con todo su peso y no se les perdone los delitos que están cometiendo, así tengan conocidos amigos o familiares en el Gobierno, como suelen decir ellos mismos “caiga quien caiga”.

Está bien que los políticos quieran que todos sean obedientes dentro del partido, que no hayan disidentes ni libres pensantes, que todos hablen un mismo idioma y trabajen por el instrumento que los llevó al poder, pero una vez en el Gobierno, no deben olvidar que se deben a todos y cada uno de los bolivianos, los hayan elegido o no, y que si el pueblo pide cuentas a las autoridades deben responder, por eso es necesario que se aclaren todos los “malos entendidos” entre correligionarios y comiencen a atender los asuntos del país que son más importantes que la vida institucional de una tienda política.