Futuro económico y social del Occidente se asienta en la minería y la metalurgia

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La reactivación minera es una tarea pendiente del Estado Plurinacional para reactivar la economía del Occidente del país, en gestión con la metalurgia, porque la actividad no cuenta con inversión para diversificar la producción y un plan que fomente la explotación en base a incentivos y con seguridad jurídica.

La denominada Minería Chica está librada a su suerte y no hay perspectivas de una atención urgente para lograr un desarrollo planificado de la producción minera, cumpliendo los objetivos de exploración, planificación, explotación y diversificación que dará resultados efectivos cuando el país tenga una política minera.

El criterio está contenido en un documento elaborado por el Ing. Guillermo Cortez, sobre la caracterización de la Minería Chica, que se presentó en un seminario taller, donde se destaca que el avasallamiento, toma de sus concesiones sin resarcimiento ni castigo, resulta ser una de las características de la minería chica en Bolivia.

Por esa caracterización según el experto, la Minería Chica debería tener un trato diferenciado con relación al actor privado con normas y un trato diferente a la Minería Mediana, lo que permitirá acordar y convenir nuevos términos en normas y disposiciones legales, administrativas, impositivas, operativas, administrativas y de servicio, a partir de la aplicación de la Ley 535, que los mineros chicos piden que sea modificada porque uniforma el trato que se otorga a los actores productores mineros, sin diferenciar el tipo de yacimiento, la inversión realizada y las condiciones que se tienen para llevar adelante las operaciones mineras, muchas veces artesanales.

Los beneficios que otorga la Minería Chica a las regiones productoras es importante porque estarían trabajando unos 2.500 mineros chicos y podrían llegar a 4.000, siempre y cuando el Estado otorgue un trato justo y diferenciado para el sector, así como seguridad jurídica, frente a los avasallamientos y el juqueo (robo de minerales) que soportan los productores, lo que permitirá incrementar el ingreso por el pago de regalías mineras, impuestos, tasas de servicios y otros pagos y aportes que deben realizar los mineros chicos.

Entre las características operativas se mencionó que los mineros chicos desconocen el potencial de la mineralización en su concesión, carece de capital financiero y requiere apoyo económico, no siendo sujeto de crédito en las actuales condiciones que franquea la Ley 535 que no garantiza la continuidad de las operaciones productivas de los mineros, quienes difícilmente logran la mecanización de sus operaciones y el equipamiento de instalaciones para sus operaciones que resultan ser rústicas y artesanales por su bajo acceso a la tecnología y la informática que otorga la Minería.

PROPUESTA DE LA FEPO

La Federación de Empresarios Privados de Oruro (FEPO) en una propuesta para reactivar la minería y metalurgia del Occidente del país, sugiere que, para tener una región económicamente productiva, se debe desarrollar la minería de Occidente que ahora está en declive por falta de incentivo y apoyo del Estado Central.

La propuesta de la FEPO otorga la gran importancia que tiene nuestra región y con preferencia, el futuro del Occidente del país, a partir de la minería y su diversificación productiva. Señala que la reactivación minera facilitará el desarrollo de nuestra economía regional para crear o mejorar las capacidades competitivas a fin de transformar los sistemas productivos con visión de crecimiento nacional e internacional.

Dice que Oruro debe constituirse en el principal polo de desarrollo del Occidente de Bolivia, a partir de la minería y la metalurgia, porque tiene que ser el primer núcleo exportador de productos de una minería diversificada.

Propone como principal misión, apoyar a la minería chica como el sector más importante para desarrollar nuevos proyectos para generar empleos dignos, siempre que haya seguridad jurídica, pidiendo impulsar una estrategia de competitividad territorial como factor de desarrollo para tener dominio del Altiplano Central y la región geográfica.

Sugiere un efectivo control de operadores y exportación de minerales y metales, en un Centro de Acopio de Minerales, porque la principal preocupación radica en el modelo anacrónico de administración de la minería en Bolivia, puesto que se aplican sistemas productivos que datan de la época de los barones del estaño y poco se avanza para concretar el cambio del modelo productivo minero – metalúrgico.

Reclaman que debe surgir la nueva minería para diversificar la producción a través de la metalurgia, afirmando que no hay inversión estatal y se ahuyenta la inversión privada imponiendo una tributación alta y más elevada con relación a los países vecinos, donde hay grandes incentivos y millonarias inversiones.

Entre los factores de postergación y retraso de la Minería Chica y el desarrollo minero, identifican que las necesidades de Oruro, Potosí y La Paz son postergadas indefinidamente por la falta de una Política Minera Nacional que tome en cuenta a los productores mineros, sean mineros chicos, medianos, cooperativistas y del sector estatal.

El Occidente para apuntalar su potencial como el primer y principal polo de desarrollo de Bolivia requiere contar con una política minera sostenible y sustentable. La FEPO propone establecer un Complejo Minero Metalúrgico para avanzar como región.

Proponen para garantizar el crecimiento planificado de las tareas de exploración y prospección para tener la minería más adelantada de la región, establecer el Complejo Minero Metalúrgico integrado por la Empresa Minera Huanuni, el Complejo Metalúrgico Vinto, con sus fundiciones de Estaño, de Antimonio y de Zinc, además de la participación directa de las empresas mineras de Colquiri y Caracoles.

Plantean la urgente necesidad para la minería que necesita de una política nacional para diversificar su producción con valor agregado, para no exportar sólo materias primas.

La minería tiene mercados potenciales, pese a la baja del precio de los minerales a nivel internacional, pero urge una política gubernamental eficaz para garantizar las regalías e impuestos, como base económica de las regiones productoras, así la minería productiva permitirá enfrentar la crisis y evitar que miles de mineros queden sin trabajo, y diversificar la economía regional, dice la propuesta.

Ratifica que se debe sumar valor agregado a la producción desarrollando manufacturas de alto valor, encadenadas a los metales y su tratamiento, además de exportar hierro forjado, metal mecánico y la orfebrería para lograr la reconversión y diversificación de la minería estatal y privada.

POLÍTICA DE FOMENTO

Finalmente piden al Estado Plurinacional diseñar una POLÍTICA MINERA - METALURGIA para reactivar y desarrollar este importante sector productivo nacional.

Sólo así se logrará un equilibrio de Oriente-Occidente del país, para captar inversiones, alcanzar un crecimiento económico sostenido y garantizar el desarrollo social.

Se debe otorgar seguridad jurídica para atraer inversiones a través de concesiones mineras a pequeños y medianos productores, y generar empleos y pago de regalías y deben modificar las condiciones y reglas de los productores mineros para no ahuyentar a inversionistas y lograr un avance sostenible de la actividad productiva para garantizar los procesos metalúrgicos y piro metalúrgicos.

Sugieren asimismo fortalecer la exploración minera, para generar valor agregado y alcanzar la diversificación de la producción y su industrialización. Implementar las plantas de fundición y refinación de zinc, para aprovechar la generación de subproductos que permitirán un valor agregado con mayores ingresos.

Se debe formalizar las operaciones y el control de la comercialización de minerales y desarrollar nuevas operaciones mineras desarrollando la economía local desde la competencia territorial, además de cumplir con la normativa ambiental y establecer parámetros de producción que permitan a los operadores mineros avanzar con parámetros previstos de protección y cuidado del medio ambiente.

Mantener la unidad en torno a entidades, organizaciones e instituciones locales y posicionar al sector minero metalúrgico, para lograr el empoderamiento de la ciudadanía en torno a la minería con su participación a fin de desarrollar y ejecutar proyectos de gran alcance para un desarrollo macro-regional.