Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 No es cuestión de buenos y malos - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Lo que está sucediendo en el país, y que ojalá tenga un viraje positivo en el curso de la presente semana, no tiene que ver precisamente con buenos y malos como lo pintan algunas autoridades de Estado, sino más bien con actitudes que afloran porque hay muchas cosas malas y pocas buenas.
Más o menos y sin llegar a extremos en las apreciaciones más próximas a la realidad, los analistas y los entendidos en reflexiones sobre la conflictividad en que desarrollamos nuestras tareas, coinciden en señalar que muchas de las cosas que suceden son el resultado de enconos, incomprensiones, de muy mala planificación, de ausencia absoluta de diálogo y buena voluntad para tratar los problemas inmediatamente surgen, sin dejar que avancen y se compliquen.
Generalmente en los malos asuntos de la gobernabilidad prevalece también la soberbia, falta de oportuno discernimiento y extrema tozudez que finalmente se convierte en un verdadero problema que afecta a todos, pero mucho más a los buenos, esos que poco tienen que ver con lo que pasa pero que de manera dolorosa son los receptores directos de todos los perjuicios que conllevan las manifestaciones, bloqueos, marchas y las huelgas prolongadas que según las autoridades son protagonizadas por los malos, es decir por los que no están de acuerdo con algunos decretos y medidas impositivas.
Los buenos aparecen entonces en un escenario superior desde donde mandan y ordenan, pero sin tomar en cuenta lo que piensan los supuestamente malos, que en el caso real son la mayoría que demanda derechos y rechaza imposiciones, pero no por eso son precisamente malos.
Aquí el problema no es de una simple definición que aparece como parte de la posición defensiva de unos supuestos malos que con sus medidas de presión están alterando los planes o las medidas de unos pocos buenos que dizque están empeñados en cambiar muchas cosas, aunque para ese fin no se han preparado convenientemente.
Por tanto hay que establecer condiciones favorables a cada situación, que por sus propias características merecen tratamiento diferente, pero en todo caso de manera general, utilizando argumentos, estrategias y definiciones que acerquen a las partes, que no las dividan y que no las enfrenten con un erróneo esquema de querer mostrar a malos y buenos.
Hay que alcanzar acuerdos de consenso, convenir entre partes que con un diálogo abierto puede encontrarse soluciones sin confrontación y extremando planes de trabajo con certidumbre y adecuados a una realidad que se vive en la cotidianidad y no en la extrema visión de quienes desean cambios, sin que importe la dimensión y la calidad de tal medida.
Es tiempo de cambio, naturalmente que sí, pero ejecutar transformaciones no significa querer dividir el país entre pocos buenos, supuestamente los que están encaramados en el esquema y los malos, esa gran mayoría que resiste justificadamente las arbitrariedades y las imposiciones.
De ahí se desprende la importancia de establecer el sentido del cambio, pero pensando responsablemente en el “rumbo del cambio”, sabiendo a dónde se dirige, cuál será su efecto y sobre todo su beneficio para todos los bolivianos, partiendo de que no hay buenos y malos, sino más bien responsables de servir eficientemente a los destinatarios que es la mayoría buena del país.
No es cuestión de buenos y malos, es asunto de responsabilidad y equidad.
Fuente: La Patria
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