Cosas de museo

Ayer se vivió en Oruro otra noche de museos, desde el año 2019 que se tuvo que parar las actividades de asistencia masiva, por la pandemia del coronavirus, que si bien ahora ingresó en su quinta ola, en ciudades como Oruro no se tienen muchos contagios, por lo que al parecer la situación está controlada.

Más de 20 instituciones abrieron sus puertas al público, para que conozcan las reliquias y la historia que encierran el departamento de Oruro y su ciudad capital. Esta actividad se está convirtiendo en una tradición más de Oruro y ayuda a la ciudadanía a conocer su riqueza cultural.

Pese a que la entrada, a los diferentes repositorios, es gratuita, en ellos se ofrecen productos como suvenires y alimentos para que los visitantes, que esperan en las filas o quienes desean visitar diferentes museos, tengan la energía para hacer el recorrido, lo cual también se traduce en movimiento económico que ayuda a mantener estos sitios de gran valor histórico.

El museo Gráfico de La Patria es el único de su género en toda Bolivia y uno de los pocos en el mundo, donde descansan las viejas máquinas de tipografía y de comunicación que se usaron en alguna época desde su fundación en 1919, habiendo quedado obsoletos tuvieron que mantenerse en su lugar porque son demasiado pesadas para ser trasladadas a otro lugar, especialmente la prensa rotoplana.

La mencionada prensa funciona con la tecnología de la tipografía, es decir, que se alinean tipos fundidos en plomo para formar filas de palabras, en alto relieve, entintados cual sellos van dejando su impresión en el papel. Todo ese equipo pesado y aparatoso fue reemplazado por computadoras y otro sistema conocido como offset.

En el museo Gráfico de La Patria se pueden apreciar a través de sus máquinas, la transición tecnológica que tuvo, y revisar los documentos que se formaron de la cobertura diaria del acontecer de Oruro, de Bolivia y del mundo, donde también se puede investigar, adentrarse en la historia y tomar mejores decisiones para un futuro promisorio en lo que un día será la historia que contarán nuestros descendientes.

Es así que las cosas van cambiando y no sólo las historias quedan en el pasado, sino también algunos objetos que dejan de ser tan útiles, pero poseen un valor incalculable al haber servido en su época como lo último en tecnología, creados para facilitarnos la vida.

Aunque no estaban en el circuito de repositorios, existe una especie de museos al aire libre, se trata de las ferias que comenzaron como mercados de ropa usada, pero también expenden antigüedades, y esos objetos se presentan como testigos mudos de un pasado glorioso que muestra una parte de la historia, no sólo de Bolivia sino de otros países que en su momento también tuvieron cierta influencia en esta nación, cuando durante el auge de las minas se importaban objetos desde Europa y Norteamérica.