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Domingo 06 de mayo de 2012

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Revista Dominical

Día del Periodista Boliviano

De las calles a la Sala de Redacción

06 may 2012

Fuente: La Patria

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Era un desfile, no recordamos con exactitud si del 10 de Febrero o del 6 de Agosto del 2010, pero cuando el grupo de periodistas que participaba en dicho acontecimiento circulaba por la calle Bolívar en medio de aplausos de la ciudadanía, ocurrió un hecho desagradable, cuando un señor en forma grosera y en voz alta le dijo a su pareja: “¡Ahí vienen los chismosos!”

Cuánta pena nos dio escuchar las palabras de ese ciudadano que dentro de su vaciedad dio un “des” calificativo a los trabajadores de la prensa. No lo culpamos, sin embargo, quizás muy en el fondo tenga algo de razón y no precisamente porque los periodistas seamos “chismosos”, sino porque nosotros quizás hayamos perdido el rumbo de lo que realmente debería ser nuestro rol, un “verdadero” compromiso con la sociedad, con la región y el país.

Ojo, mucho ojo, que es momento de reflexionar de lo que pasa con el periodismo hoy en día y principalmente en nuestro medio. ¿Por qué no ser ese periodismo “agresivo” de antes? en el buen sentido de la palabra, claro está. Ser ese periodismo acucioso, investigador, correcto, idóneo, sano que sea nuevamente vanguardia en este tiempo mal llamado de “cambio”, que en realidad debería ser calificado como “retrógrado”, porque muchas de las libertades ya no se respetan.

¿Por qué los periodistas perdimos el Norte?, ¿problema de idiosincrasia?, ¿formación?, ¿falta de vocación?, ¿aspecto cultural?, ¿nos dejamos llevar por lo político?, ¡vaya qué complicado!… Podemos encontrar muchas respuestas.

Merece un análisis exhaustivo esas consideraciones, repito y recalco, que no es con el afán de hacer daño al gremio que más queremos, sino que creemos que ha llegado el momento de cambiar actitudes y la sociedad deje de llamarnos “chismosos”.

Primero, los periodistas no somos “dioses”, no somos quienes para juzgar a los demás y nos referimos precisamente a sus vidas privadas, ya que ellas pertenecen a cada ciudadano, que tiene derecho de “hacer o deshacerla”, es asunto de cada uno, no de la prensa. Además que el respeto a la intimidad o a la vida privada está respaldada por la Constitución Política del Estado y otras normas que rigen este país, que obviamente no se respetan.

Pero, este problema no solo es de los periodistas, sino de la sociedad en su conjunto que “sin saber la historia” se entromete en vidas ajenas con comentarios innecesarios, inventados, aumentados y distorsionados, definitivamente es un problema cultural y para cerrar este capítulo podemos concluir: “Si no sabe la historia (sentido figurado) no la cuente”…

Aunque no crean, ese hecho es un aspecto que hace ver a los periodistas en “chismosos” o como dicen despectivamente algunos ciudadanos que este gremio se convirtió en “una olla de grillos”.

Realmente que feo suena ese término, que es crudo y en algunos casos, real. El primer paso del periodismo para revertir esa situación es el cambio de actitud y dejar de ser lo que con o sin razón nos califican. Una vez superada esa “tara” habremos dado un paso importante hacia lo que realmente queremos: “ser buenos periodistas”.

Otra observación, ¿Por qué todos los periodistas que asisten a una conferencia de prensa, no preguntan? ¿Por qué no cuestionan?... ¿Miedo a que se rían de la pregunta?, ¿falta de conocimiento del tema?, ¿temor a ser contestados con una grosería?, ¿inseguridad?

Sabemos y vemos a las claras que son contados los periodistas que preguntan en todas las conferencias de prensa, esta situación también debe cambiar. A veces la pregunta menos importante puede originar una “gran” noticia, eso está comprobado. El temor a equivocarnos o a que se rían de nosotros por consultar algo, no debe ser impedimento para no preguntar.

Al final, si no tenemos todos los datos será complicado entender el problema y más difícil será comunicar al público. Aunque para quienes trabajan en radio y televisión, esa situación se torna más fácil, no en todos los casos, porque solo se pondrá un pequeño lead enunciativo y el soporte de la grabación será el que haga el resto del trabajo.

Otro aspecto que debemos cambiar, es no colocar la grabadora o el micrófono en media entrevista, cuando otros periodistas abordaron a una fuente con temas específicos. Quizás lo mejor será esperar que ese periodista o periodistas terminen la entrevista, para que el grupo que llegó con retraso, pueda iniciar una nueva sesión de entrevista con el entrevistado.

Y ¿por qué esta observación? Porque ocurrió en varias oportunidades que nuestros propios colegas colocaron sus reporteras o micrófonos en medias entrevistas y al término de ellas, preguntaron: “¿De qué habló el fulanito?”.

Las coberturas en “sociedad” son otro tema de retraso en los periodistas. Obviamente, hay coberturas muy importantes donde se reúne casi a toda la prensa y desde sus propios puntos de vista informan a la sociedad, pero en otras ocasiones se reúnen entre varios periodistas, algunas veces lo hicimos, y caminamos como en un “tour” fuente por fuente, y todos teníamos las mismas notas, pero sólo eran temas del día, no había investigación.

De ejemplo, quisimos colocar solo unas cuantas observaciones de algunos aspectos negativos que deben ser revertidos, para hacer una mejor labor periodística.

¡Ah! Y que quede claro que con esa reflexión tampoco queremos decir cómo debemos hacer nuestra labor, al final, cada periodista tiene su propio método de trabajo.

Antes de cambiar de página olvidamos una situación que nos parece importantísima, el periodista jamás, pero jamás debe identificarse con un partido político, ya que tras hacerlo lo que se perderá, será la credibilidad y al perder este atributo se habrá perdido todo, y el periodista dejará de ser periodista, al menos en el aspecto moral.

Hoy en día muchos trabajadores de la prensa están identificados políticamente y al hacerlo, lo único que lograron fue dividir al gremio con ideas insignificantes que solo buscan un interés partidario. En fin, es otro hecho que debe ser revertido y solo se lo hará cuando se tenga “conciencia”.

PERIODISTA

Pero ahora nos preguntarán ¿a qué viene todo eso?, la respuesta es muy sencilla, este 10 de mayo se conmemora el Día del Periodista Boliviano y al margen de recordar fecha tan importante y festejarla a placer, es necesario hacer un vistazo retrospectivo de lo que hacemos a diario, solo con la finalidad de mejorar y superarnos cada día, salir de la mediocridad que nos envuelve y brillar como una estrella.

Por ello debemos recordar y entender algunos conceptos. El periodismo, tal como se entiende, se relaciona solo con el trabajo del periodista en su calidad de miembro de la Redacción. Este trabajo es muy variado, tanto en el periódico pequeño o en el semanario, como en las funciones más especializadas de los periódicos de las ciudades, varía también desde la rutina de recabar información de la “fuente”, que le es señalada hasta el trabajo en la Redacción para el arreglo de material, e investigaciones especiales del reportero o periodista “estrella”. Dentro de estas actividades, hay ocasión de aplicar casi todo el talento individual con provecho (1).

Otra puntualización, ¿Qué es un periodista? Existen varias definiciones: Es un servidor de la comunidad; recoge hechos, los procesa y los difunde a la sociedad; es un profesional que se maneja dentro de márgenes éticos para garantizar que la información que entrega sea imparcial y equilibrada; el periodista no busca solo informar sino que también orienta (2).

El periodista es el intérprete de la realidad de una sociedad y debe tener atributos para llegar al público, con su trabajo.

Los periodistas han identificado de acuerdo a su experiencia algunos hechos, como qué es lo que más gusta de tener esta profesión, entre las respuestas están el servicio a la sociedad, informar a la comuna para que tome mejores decisiones; estar al lado del pueblo en los momentos más importantes de la historia; transformar la realidad para manejarla; ser el nexo entre el poder y la sociedad (3).

En contrapartida, lo que menos gusta de ser periodista, es que es un oficio ingrato que exige mucho sacrificio y tiene poca compensación económica; la censura a la libertad de expresión, las presiones políticas y económicas; malos tratos de los servidores públicos; inseguridad laboral; la incomprensión de las fuentes respecto al trabajo de cobertura (4). Y en el último tiempo se convirtió en una profesión de riesgo.

Al margen de esos detalles, hay exigencias periodísticas que se deben cumplir en forma constante y que no está demás que las mencionemos: El periodista tiene que tener conocimiento de las noticias, ganar a diario experiencia y tener una constante capacitación.

La educación es otro elemento importante, el periodista deber ser un hombre con conocimientos, consciente de las tendencias sociales, políticas, tecnológicas y teológicas, y de sus implicaciones, estar relacionado con la mayor cantidad de líderes y estar siempre atento a los indicios de cambio en la sociedad sobre la cual y a la cual informa (5).

El periodista debe ser un hombre educado, y esto significa que busca no solo hechos, sino también sabiduría. (…) La educación es un proceso interminable, y que debe buscar el conocimiento al que se aspira a pesar de ser, en última instancia, inalcanzable (6).

Pero, el periodista es mucho más que los conceptos teóricos afirman, es el articulador de las grandes soluciones que se puedan dar en una sociedad, es la voz de los sin voz, no es autoridad pero con su carisma y talento se pueden llegar a plantear transformaciones en este mundo.

Solo falta compromiso, compromiso de trabajo, compromiso con uno mismo, compromiso con la comunidad.

Esperemos que estas reflexiones hagan que nuestra brújula esté calibrada hacia el Norte y construyamos un país con mejores días. Despertemos del letargo político y encasillémonos en el verdadero concepto del periodismo, en respeto de la libertad de prensa, la libertad de expresión y las libertades de los ciudadanos amparos en preceptos constitucionales.

DÍA DEL PERIODISTA BOLIVIANO

En homenaje a la Ley de Pensiones, Jubilaciones y Montepíos otorgado para el ramo de la prensa durante el gobierno de Germán Busch, se declara Día del Periodista.

Se celebra el 10 de mayo como el Día del Periodista Boliviano y los pocos datos que se poseen para determinar la fijación de esta, refieren que en 1937, Frontaura Argandoña dirigía la Asociación Nacional de Periodistas y que coincidentemente se construyó e inauguró el primer barrio del periodista.

En la misma fecha, dictó la Ley de Pensiones del gremio que nunca funcionó. El día del periodista se instituyó mediante Ley del 16 de Noviembre de 1938.

Sin embargo, nunca se cumplió esa Ley y solo fue un gesto que quedó en el papel, otra promesa gubernamental sin cumplirse, pero eso fue lo de menos, porque los periodistas continuaron luchando y escribiendo la historia del país, a cambio de nada, sacrificando el tiempo, a su familia e incluso arriesgando su propia vida.

Ese argumento de antes no cambiará y no cambiará nunca, porque los trabajadores de la prensa seguirán en la brega, cueste lo que cueste, persiguiendo el principio de la verdad y derrocando a cualquier inoportuno ser, que trate de afectar los intereses de una comunidad.

Si bien no se puede actuar como las funciones que tienen los poderes del Estado, se puede labrar un país a través de la denuncia, de la orientación, de la fiscalización y de otros elementos más.

Contemplando esta realidad, el periodista, debe estar dotado de ciertos atributos y valores éticos, como son: La veracidad, la honestidad y la ecuanimidad, que se traducen en la regla de oro del periodismo.

Otro elemento clave es la imparcialidad que permite la vigencia de la regla de oro, principio fundamentalmente la Libertad de Expresión y por consiguiente la Libertad de Prensa, además del respeto a los códigos deontológicos.

El poder es tan inmenso del periodista, que puede derrocar gobiernos. Como lo dijimos anteriormente el periodista no es Dios, pero puede lograr cosas imposibles. Causa miedo, sin el afán de ser verdugo, las autoridades de todo rango, dirigentes y otros tiemblan ante él, cuando saben que cometieron un error. Su presencia envalentona al pueblo, que lucha por sus reivindicaciones. El periodista no es Juez, pero se logra con su trabajo la justicia y en muchos casos la paz social.

Al momento de hacer una nota, el periodista no tiene frío, no tiene hambre, no tiene sueño, no piensa si el sueldo que recibirá será poco, lo único que piensa es en llegar a la población con su trabajo y mostrar la realidad en la que vivimos.

Pero así como se tienen esos poderes, el periodista hoy en día está desnudo, desprotegido y señalado con el dedo, como "el malo de la película"; porque afecta intereses de grupo, de sectores que solo ven para sí algún beneficio o de gobiernos que nos pintan "vivir en el país de las maravillas", cuando en la realidad, padecemos todos una injusticia social, en el que las "minorías" mal llamadas "mayorías", una vez más someten al pueblo, por el poder efímero que tienen.

Periodistas víctimas de agresiones psicológicas, vejámenes, discursos, coimas y muerte, situación que si bien es preocupante y alarmante, pero nunca lograrán callarnos con una mordaza, sea esta a través de la ley, amenazas o golpes o la muerte.

El periodista seguirá ahí, siendo fiel soldado de la defensa nacional, de los intereses colectivos del país y luchando por las reivindicaciones de los desposeídos, del pueblo y de su Patria.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

(1) Johnson Stanley y Harriss Julian.

El reportero profesional, Editorial Trillas S.A. México, 1966

(2) (3) (4) Diez Fernando.

Los medios de comunicación y la conflictividad social y política. Fortalecimiento del ejercicio del periodismo en la promoción de la estabilidad y La Paz en Bolivia, The Carter Center, Unión Europea, Bolivia, 2010.

(5) (6) Green Maury. Periodismo en TV, Editorial Troquel, Argentina, 1973.

Fuente: La Patria
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