La música Cy el cuidado del mundo

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Lilia Magne dedicó su vida no sólo a la educación musical, mostrando siempre un ferviente compromiso, especialmente con los niños, sino también a causas mucho más grandes; esta artista decidió que su música sería también una herramienta de cambio, es por eso que le canta al cuidado de la Tierra, la preservación del medio ambiente y muchas otras problemáticas que aquejan a todos.

Desde muy pequeña, los instrumentos llamaron su atención, y grandes de la música como Enriqueta Ulloa y Zulma Yugar le sirvieron de referente para iniciar su carrera artística, posteriormente lograría consolidarse como la artista que es ahora.

Tan apasionada por la música como ya sabía que era, no fue difícil para ella escoger la profesión que ejercería, es así que ingresó a la Normal de Maestros “Ángel Mendoza Justiniano” para formarse como maestra en educación musical, desde ese entonces su trabajo en las aulas marcó la vida de cientos de niños que recibieron, y aún reciben, lecciones en la interpretación de algún instrumento.

TRAYECTORIA

Es así que, en 1994 saca su primer cassette llamado “Mis canciones para ti” con 21 piezas inéditas, todas composiciones propias; siendo fiel a su formación como maestra, este primer trabajo tuvo la temática del calendario escolar, y sus canciones hablaban de fechas emblemáticas como el Día del Padre, además de tópicos más profundos como la juventud.

UNA ARTISTA DIFERENTE

Sin embargo, no es el inagotable talento lo más particular de Lilia Magne, si por algo resalta de entre los demás, es por la capacidad que tuvo de usar su música para concienciar a la gente en temáticas que afectan a todo el mundo, siendo el cuidado del medio ambiente una de sus inspiraciones más recurrentes.

Apegada siempre a la música folklórica boliviana, ya son casi tres décadas de composiciones medio ambientales que se lucen en su repertorio, entre las que se destacan: “Cueca de la ecología” (1993), “Cuidemos el planeta” en ritmo de morenada (1997), “El árbol” (2003), “Madre Tierra” (2010), “Aire limpio” con aires de caporal (2012), “Ruta de limpieza por la vida” (2028), “Desembólsate Bolivia” (2019) también en ritmo de caporal, entre otras.

“La música que realizo es con mensaje de conciencia y de aporte cultural (...). El cuidado del medio ambiente es muy importante, y está bien hacer cambiar o reflexionar al menos a una persona, porque esto es un proceso”, manifestó Lilia con mucha convicción.

EL TALENTO SE HEREDA

Como a ella su madre le compró su primer instrumento, Lilia hizo lo mismo con su hija Graciel, a quien desde muy pequeña incursionó en el camino de la música, y en actualidad, al igual que su mamá, ya es una artista consolidada y meritoria de sus propios logros.

Lilia expresó su inmensa satisfacción porque la música no es un don o una pasión que sólo heredó a su hija, sino que ahora es algo que también comparten, pues ya son numerosos proyectos en los que han trabajado juntas, y planean proyectar muchos más.