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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Educación especial un arte para educar - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Con el paso de los años la educación se fue universalizando, siendo cada vez más accesible para todos; debido a eso es que, por ejemplo, los niños con discapacidad pueden ser parte del proceso de enseñanza, uno que tiene sus propias características.
La directora del Centro de Educación Especial de Apoyo Educativo Oruro, Hilda Ramos Encinas, explicó el trabajo que realizan con niños que tienen alguna discapacidad intelectual leve, moderada o muy grave, lo que incluye Autismo y Síndrome de Down.
También acogen a los que sufren discapacidad múltiple, no obstante, el enfoque del Centro también está dirigido al talento extraordinario, lo que la directora definió como “los muchachos genios”, actualmente tienen diez alumnos de esas características.
La educación especial es un trabajo multidisciplinario, es decir, que no es solo la maestra la que está involucrada en el proceso de enseñanza; una psicóloga, una psicoterapeuta, una psicopedagoga, entre otros profesionales, participan en este proceso.
De acuerdo con Hilda Ramos, una maestra de educación especial no puede dedicarse simplemente a dar clases presenciales, su trabajo en el aula es prácticamente 100 por ciento práctico didáctico, y debe estar adaptado al desarrollo y tolerancia de cada estudiante, pues la enseñanza es personalizada.
Debido a que cada niño requiere un enfoque diferente, todas las maestras trabajan con un máximo de diez niños en su aula.
Para que un estudiante sea parte del Centro, primero es valorado por la psicóloga, quien requiere de al menos tres sesiones para determinar si el niño tiene discapacidad y en qué grado, de ser el caso, es incluido dentro de las siguientes modalidades.
Si se la compara con la educación regular, el grado de “Independencia personal I” sería el kínder, “Independencia personal II” equivaldría a la primaria, “Independencia social” representaría lo que antiguamente se conocía como el nivel intermedio, y finalmente “Talleres y programas” como el grado de secundaria.
En este momento, el Centro tiene los talleres de corte y confección, además del de manualidades; lo programas, por su parte, están orientados a trabajar las actividades de la vida diaria, con el fin de lograr que los estudiantes logran la mayor independencia posible enfocada en algún rubro.
Hasta el año pasado los niños que estudiaban en este lugar no recibían ningún rango académico al terminar sus estudios, no fue hasta el año pasado que se aprobaron los lineamientos correspondientes para que estos alumnos reciban el título de técnicos medios
Uno de los sueños de Hilda Ramos es lograr primero que un niño termine sus estudios y obtenga esa denominación, posteriormente, no descarta la idea de graduar a promociones completas en el Centro.
ACERCAMIENTO
La educación en este lugar se divide en dos ramas, la directa y la indirecta, en el primer caso, los estudiantes acuden al establecimiento en el que actualmente funciona el Centro y pasan clases con su maestra; sim embargo, después de una valoración el niño puede ser parte de la segunda modalidad y asistir a una escuela regular.
De darse ese caso, el Centro designa una maestra para que apoye no al niño, sino a la maestra que acogerá a ese estudiante, realizando las adaptaciones y cambios necesarios en su plan de enseñanza para que el alumno con discapacidad que llegue a su aula pueda integrarse sin problemas.
Actualmente hay 36 niños en Oruro que se desenvuelven en el área regular, cada uno de los maestros del Centro tiene a su cargo a dos de estos estudiantes.
“Para las colegas de la educación regular ya no es desconocido este tema, pues hemos logrado difundir”, explicó Hilda Ramos.
Acompañado a este proceso de inserción, las maestras también trabajan con la socialización y la sensibilización del tema; plantel docente, alumnos y padres de familia con los que el niño con discapacidad tendrá que convivir, reciben una serie de recomendaciones y consejos para adaptarlo de la mejor manera.
Pese a todos los esfuerzos del Centro, su directora lamentó que algunas maestras no se sientan muy cómodas cuando les toca atender a un alumno con estas características; de acuerdo con su criterio, esas educadoras necesitan la motivación de ver esto como una oportunidad de conseguir nuevos logros y no como una carga.
Este año particularmente muchas maestras de educación regular requirieron la ayuda del Centro, pues al retornar a las clases presenciales identificaron a estudiantes con algún grado de discapacidad que no era evidente mientras la educación era virtual, sumado a eso, los padres de familia tampoco avisaron oportunamente la condición de sus hijos en los colegios.
Gracias a los procesos de socialización es que casi en todo Oruro ya conocen el trabajo del Centro de Apoyo, es por eso que las maestras del área regular se comunicaron directamente con ellos para identificar si esos estudiantes podían continuar en sus aulas o requerían otro tipo de apoyo.
Lamentablemente, la educación especial aún está muy estigmatizada y rodeada de pensamientos negativos especialmente en los padres de familia, quienes no entienden que un proceso educativo con características diferentes sería mucho más efectivo para sus hijos, quienes en muchos casos no logran desarrollarse plenamente.
En Oruro hay seis centros de educación especial, tres de ellos están enfocados específicamente a la discapacidad intelectual, en el “María Antonieta Suarez” trabajan con personas no videntes, “Guido Villagomez” es un lugar exclusivo para niños con dificultades auditivas y “Luis Espinal”, donde se trabaja en el área de dificultades en el aprendizaje; la expansión de estos lugares llegó incluso hasta las provincias.
Hilda Ramos expresó su deseo de que las valoraciones de cada alumno puedan hacerse pronto en esos lugares, y no tengan que desplazarse hasta la ciudad para tener un diagnóstico.
LA PANDEMIA
Si la crisis por coronavirus fue difícil para todos, el sector de la educación especial fue mucho más efectuado; de acuerdo con la directora del Centro, fue imposible adoptar la virtualidad precisamente por el tipo de trabajo que realizaban las maestras en las aulas.
En el peor momento de la pandemia, las educadoras del centro iban hasta los hogares de sus alumnos para entregarles sus tareas. A esas limitaciones, se sumó el retroceso que sufrieron muchos niños producto del encierro.
Es por eso que decidieron volver a las clases presenciales antes que el sistema regular, con dos alumnos por aula para evitar aglomeraciones.
AMBIENTES PROPIOS
Pese a que este Centro funciona más de 22 años, fue esta gestión que lograron avances en el proyecto para conseguir una infraestructura propia: de acuerdo con las autoridades municipales, la construcción de los ambientes comenzará en agosto.
La directora del Centro explicó que tener un espacio propio es de vital importancia, pues el mobiliario y los materiales didácticos son muy distintos a los que se usan en la educación regular, y no puede implementar todos esos requerimientos en ambientes prestados, como es su caso actualmente.
LA FORMACIÓN
Todas las muestras que conforman el Centro de Apoyo cuentan con formación normalista, con su respectiva especialización en educación especial, una rama que puede estudiarse en Oruro.
Para Hilda Ramos, las maestras que trabajan con estos niños deben ser bastante pacientes y dedicadas, pero especialmente no deben tener lástima del niño, por el contrario, su labor es motivarlos y plantearle nuevos retos cada día.
Fuente: LA PATRIA
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