Sábado 04 de junio de 2022

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Cuidar la libertad y la democracia es una clamorosa determinación que se escucha en varios países de América del Sur, lo cual es un gran aliciente para continuar en la lucha que significa defender la tendencia duradera de que la humanidad tenga la facultad de obrar con responsabilidad y no hacer lo que representa coerción y represión desmedida.
Ese multitudinario o clamoreo, según politólogos del ámbito mundial, es una valiente respuesta al deseo populista de generar una cruel “farsa democrática” en Sudamérica, donde, supuestos líderes carismáticos se arroguen ser representantes de la voluntad popular y puedan gobernar sin limitación alguna y poder atropellar y aplastar al pueblo, actuando como un tirano.
Como se aprecia, la ciudadanía ya no está dispuesta a que se destruya la convivencia pacífica por parte de un entorno socialista cuya doctrina tiene una equivocada interpretación de la realidad económica al producir mayor opresión cultural y miseria.
Se tiene la clara visión de que los enemigos de la democracia, hoy en el poder, endurecen las acciones que consagren la imposición de dictaduras atroces que lleven a la sociedad hacia el desastre humanitario.