Blanca Moya Sainz de Mendoza

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La profesora Blanca es una educadora de vocación. Durante más de tres décadas se dedicó a formar a niños para que estén bien preparados, afrontar la vida y convertirse en grandes profesionales. Incluso ahora en el retiro, disfruta de ayudar a sus jóvenes nietos cuando requieren orientación.

Sintió el “llamado” a la docencia cuando tan solo era una niña.

“Me gustaba hacer cuadernitos de papeles, repartir entre mis primos, jugar a los profesores; tenía como una pequeña escuela, sin escritorios, todo en el suelo, se desenvolvían muy bien, les encantaba a ellos y preparaban más cuadernos para seguir jugando”, contó.

Ese sueño de niña se hizo realidad más adelante. Tras culminar el bachillerato en el colegio Franz Tamayo, a su padre José, que trabajaba como enfermero en Colquiri, le ofrecieron una beca para Blanca, en la normal “Simón Bolívar” de La Paz. Ella no desaprovechó la oportunidad y se fue a estudiar.

Sin embargo, no necesitó de otra profesión para tener una larga y exitosa carrera de educadora en varias instituciones educativas como los colegios Sucre, Particular Bolivia, “Jorge Oblitas”, “Genoveva Jiménez”, “Mariano Baptista”, La Salle – Oruro y Avaroa. También llegó a ser directora de la escuela nocturna “Gabriela Mistral”.

En el colegio La Salle, donde trabajó por 32 años, fue condecorada en dos ocasiones, en 1991 y en 2006, en las Bodas de Plata y de Oro respectivamente.

Luego de más de seis lustros enseñando a niños, sobre todo en los primeros cursos de primaria, se retiró, pero su vocación por la educación nunca desapareció.

Desde que dejó de trabajar se enfocó en ayudar a su familia. La profesora Blanca tiene cuatro hijos, Jacqueline, Velka, Iván y Blanca; además diez nietos y una bisnieta.

Precisamente a sus jóvenes nietos ayuda cuando así lo requieren.

“Tengo mis nietos, que son muy buenos profesionales, les gusta que yo les apoye, están siempre consultándome, no porque no pueden, sino porque confían en mí”, aseguró.

Tras una gran carrera, ahora ella está feliz, tranquila y en paz porque consideró que cumplió satisfactoriamente en su vida; desde esa posición les pidió a los maestros de ahora trabajen con vocación, amor y responsabilidad hacia sus alumnos, porque es fundamental en esta profesión.