Paola Karina Herrera Dalence

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Paola Karina Herrera Dalence está convencida de que no existe trabajo más noble que ser educador, no solo por su aporte a la sociedad, sino debido a que es sinónimo de servicio, dedicación constante y porque los maestros pueden cambiar la vida de sus estudiantes e influir de manera positiva en ellos.

Sin embargo, ella no descubrió que la educación era su vocación de forma inmediata. Guiada por sus padres, Wilfredo Herrera y María Dalence, dos eminentes maestros, acudió a la normal “Ángel Mendoza Justiniano” tras concluir el bachillerato en el colegio “Jesús María”. Precisamente a invitación de esa unidad educativa, fue a impartir catequesis y clases de religión.

“Ahí comprendí que la labor del profesor es la labor más noble y tenemos un claro ejemplo en Jesucristo que fue maestro de maestros”, añadió.

Paralelamente fue realizando diversos estudios como las licenciaturas en Pedagogía y la de Cosmovisiones Filosóficas y Psicología; también los diplomados en Educación en Aula, en Enseñanza de Quechua, Coaching Ontológico y Organización Educativa, etc; también se formó como orientadora pedagógica, coach de empoderamiento de la mujer; es decir, tuvo una capacitación constante siempre en pro de ser cada vez una mejor educadora.

Su labor le ha dejado muchas experiencias; recordó cuando estuvo en el colegio Arce, varias personas pensaban que era difícil para ella, por ser mujer, estar entre puros varones, pero no fue así, sino que más bien disfrutaba, por ejemplo, ir de excursiones en camiones y ver cómo sus estudiantes demostraban habilidades hasta entonces desconocidas, como cocinar y otras.

Rememoró también cuando consiguió junto a sus alumnos del Postel, realizar un teatro filosófico en el que plasmaron con lujo de detalle la época griega; aunque uno de sus más grandes experiencias, fue el viaje a México con sus estudiantes del Alemán a un acontecimiento en el que consiguieron varios galardones.

Además de ser una excelente educadora, destacó también por su destreza en el deporte. Paola Karina juega voleibol y en el pasado fue parte de la selección de su colegio, alcanzó al combinado orureño y hasta fue convocada a la preselección nacional.

Además ha desarrollado una serie de actividades extracurriculares con sus estudiantes, como los retiros efectuados en la población de Tarata, Cochabamba, con alumnos del Alemán; con ellos también emprendieron un proyecto solidario denominado “Con una sonrisa”, que llevó más de mil desayunos y prendas de vestir a quienes más lo necesitaban.

Cuando llegó la pandemia a causa del Covid-19, para la profesora Paola Karina las cosas cambiaron, no solo por la enfermedad que obligó a replantearse la forma de ver la vida, sino que como profesional en educación tuvo que reinventarse al igual que sus colegas, aplicando las herramientas tecnológicas y adecuarse a los cambios de las nuevas generaciones, que exigen además una educación más integral, emocional, en la que se presta mayor atención en los talentos y particularidades de cada uno de sus estudiantes.

La pandemia también afectó a los estudiantes con un encierro prolongado, por lo que como mensaje les dejó una “palabra mágica”; Nankurunaisa, es decir, con el tiempo cambia todo, porque ya podrán volver a reunirse y disfrutar la vida.

A sus colegas les hizo llegar una gran felicitación, porque dedican no solo unas horas, sino su vida misma en educar, siendo más que solo maestros, convirtiéndose en guías y confidentes de sus alumnos.