Karla Jimena Gómez Ortega

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El cuidado de los niños es una gran responsabilidad que no puede dejarse en manos de cualquier persona; se requiere vocación, conocimiento, preparación y mucho amor. Todo eso reúne Karla Jimena Gómez Ortega y lo refleja en su emprendimiento, el Jardín Infantil “Jupugapandopo” y la unidad educativa “Casa de los Niños”, establecidos en Cochabamba.

Karla es profesora de nivel inicial; desde sus diez años sintió la inquietud de ser educadora especialmente de niños de poca edad; por ello, tras culminar el último año de colegio en el “Reekie” de Oruro, se formó en la Normal “Ángel Mendoza Justiniano”; más adelante obtuvo la licenciatura de Educación Inicial y en Pedagogía en la Universidad Salesiana.

Nació entonces el Jardín Infantil “Jupugapandopo”, un nombre que surgió en la niñez de Karla Gómez, cuando veía un programa de televisión con ese denominativo y que estaba en el llamado “idioma en P” y significa “Jugando”.

Karla recuerda que no fue fácil emprender este jardín infantil, porque incluso personas cercanas dudaban de su éxito, pero ella prosiguió impulsada por su amor a los niños y su pasión por formarlos.

“Empezamos con una persona al cuidado de uno o dos niños, al día de hoy tenemos más de 24 personas, que están trabajando codo a codo”, indicó.

Hoy en día no solo tiene el Jardín Infantil, sino que hay sucursales, una en Santa Cruz, además de la unidad educativa “Casa de los Niños”, que tienen los niveles iniciales e incluso primero de primaria, con proyección de seguir creciendo.

“Nuestro objetivo es dar educación y estadía de calidad en nuestros ambientes, que los niños vengan felices a estar tres horas de la mañana, en algunos casos todo el día, y que realmente salgan de acá habiendo aprendido algo, si bien es cierto mami y papi no están con ellos, pero están las tías, las maestras que están para guiarlos, educarlos y en su momento corregir en cuanto a valores”, explicó.

Con el éxito logrado, Karla agradeció a Dios a quien tiene muy presente en su vida; también a los padres de familia que confiaron en su capacidad y a los niños, a quienes llama héroes, porque son ellos quienes acompañaron el crecimiento de este emprendimiento que cada día prospera más.

Finalmente, destacó la importancia de los maestros, especialmente de aquellos que se dedican a los niños más pequeños, porque son ellos los que enseñan cosas básicas como las vocales, a leer, etc., pasos fundamentales para cualquier ser humano antes de optar por una profesión. “Dios bendiga esta ardua labor, que desempeñamos día a día con mucha dedicación y esmero”.