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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Fernando Héctor Loza Barriga - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Maestro apasionado y comprometido con la educación de sus alumnos
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Con casi medio siglo de trabajo, Fernando Loza pensaba en el retiro, pero el compromiso con sus estudiantes, especialmente con aquellos cuya realidad es compleja y adversa, le motivan a seguir enseñando con el único fin de que los alumnos a su cargo puedan salir adelante y superarse.
Muchos maestros sintieron el llamado a la docencia desde muy jóvenes, no fue el caso de Fernando Loza, pues tras culminar el bachillerato en el Colegio “Juan Misael Saracho”, tenía otras opciones.
“No fue la primera opción, pero circunstancias familiares me obligaron prácticamente a ir (a la normal Simón Bolívar en La Paz), pero en el transcurso del trabajo nos enamoramos de la profesión”, recordó.
Su primer trabajo fue en Huanuni, en un colegio nocturno en el que tuvo que impartir clases a personas adultas, quienes debían equilibrar su trabajo con la educación; eso despertó su vocación porque entendió que enseñar podía cambiar el mundo de las personas. Ahí conoció a dirigentes mineros con los que compartió, como Oscar Salas Moya, Fenelón Osinaga y Oscar Moya.
Su vida como educador le dejó muchas experiencias, especialmente porque se movió entre tres ambientes distintos; el primero el de las minas, el segundo el del Colegio Anglo Americano, una institución privada formada por familias económicamente estables; y el tercero, el colegio nocturno “Juan Misael Saracho”, en el que los estudiantes tenían una realidad muy distinta, adversa y compleja.
Precisamente esa enorme diferencia de un ambiente a otro, le sirvió al profesor Fernando para confirmar que no se equivocó de profesión, porque tuvo que cambiar metodología, contenidos y otras cosas más para adaptarse a los diferentes contextos de sus estudiantes, especialmente para quienes trabajan de día y estudian de noche.
Precisamente, guiar a estas personas y a sus alumnos en general, es el impulso que le motivó a seguir ejerciendo como maestro, porque aseguró que no hay mayor satisfacción que ver a sus estudiantes que tal vez fueron huérfanos o ya con la responsabilidad de mantener una familia, culminar sus estudios y volverse profesionales exitosos.
Ver el progreso de sus alumnos, los del nocturno y también del particular, le dejó buenos recuerdos, pues entre las anécdotas más gratas que tiene está que en la primera generación de estudiantes que tuvo en el Anglo Americano, estuvieron personas como Germán Azuga y Marcelo Miralles, quienes muchos años después retornaron a su colegio, pero como parte del Centro Cultural que maneja la institución.
“Esos mis alumnos a quienes yo tenía bajo mi mando… ahora eran mis jefes, lo recuerdo muy bien, con mucho cariño”.
Finalmente, el profesor Fernando pidió a sus estudiantes siempre hacer valer sus opiniones, superarse a sí mismos y ser útiles a la sociedad; a sus colegas que se apasionen por su trabajo, porque consideró que no hay nada mejor que hacer un trabajo convencido de que es lo correcto; siempre con esfuerzo y dedicación.
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